Encaminamos nuestros pasos a los Alcázares, que como
dice el folleto combina arte, historia y cultura en un espacio que admite las
inevitables comparaciones con la Alhambra granadina. Salas repletas de hechos
históricos como la que alberga la pintura Virgen de los Mareantes, de Alejo Fernández,
1535. Dicen que ante esta imagen rezaban los marinos que emprendían viaje a lo
desconocido. Se pasea por entre dormitorios reales y se llega al hermoso patio
de las doncellas. Conjunción de estilos acumulados. En un rincón no numerado
según la guía el agua se vuelve verde, reflejo de la abundante vegetación. La fuente
ya no surte pero el frescor sigue, signo de corrientes que atraviesan galerías
y llegan hasta este pequeño mirador donde pasar horas muertas bajo arco de
piedra. Se suceden los jardines repletos de palmeras, en forma laberíntica a
veces y siempre con fuentes. En el estanque de Mercurio, el agua cae desde la
altura, le llaman el chorrón, mientras el dios estatuado permanece
impertérrito. Al fondo más palmeras dibujando el cielo. Visitamos a
continuación la Catedral, de grandes dimensiones, amplia y de gran altura. La
iluminación es inadecuada y las mayorías de las capillas tienen sus verjas
cerradas con lo que la visión no es precisamente ideal. Hay obras de Murillo y
Zurbarán. Destaca el pendón del libertador de Sevilla, Fernando III (1248) que
muestra a leones delgados como parte del escudo. Un par de obras a destacar, el
óleo sobre tabla que muestra el descendimiento, del pintor Pedro de Campaña
(1547), autor flamenco. Y la talla del Cristo de la Clemencia, de Juan Martínez
Montañes, 1603. Una curiosidad, el Calvario con donante, que muestra a aquel
que supuestamente dona la obra mirando al artista a la par que forma parte de
la pintura orando con las manos juntas. Si hay una obra que atrae la atención del
público es la tumba de Colón, llevada a hombros de cuatro gigantes, los dos
delanteros portan los escudos de Castilla y León y cabeza erguida. Los dos
traseros portan enseñas de Navarra y Aragón y cabeza gacha. Las fotos se
suceden. De repente nos vemos envueltos en una explicación en francés de la que
me llegan palabras sueltas.Nos vale
para tomar un respiro. El retablo mayor se encuentra en obras y la Giralda
cerrada por mantenimiento de campanas con lo que nos perdemos las vistas de
altura. Existe también, ya enfilando la salida, un bonito patio de naranjas sin
el apreciado fruto. Cansados nos dirigimos al barrio de Santa Cruz y comemos al
aire libre en un local que data de 1870, Las Teresas. Allí entona su canto un
delgado cantaor que dice “el amor es un juego con su cara y con su cruz”. Razón
no le falta. Las calles estrechas se suceden en el barrio y los vericuetos
abundan. Descansamos en los jardines de Murillo donde cuatro ejemplares de los
árboles de las lianas se bastan y se sobran para dar sombra. Dejaré la visita vespertina
al hospital de los venerables en apartado independiente. El día no da para mas,
cenamos en Casa Paco, en la alameda de Hércules, al aire libre. El sitio
siempre está lleno así que será recomendable, y lo es. El atún con salmorejo se
lleva el premio. Paseamos, Sevilla de noche, la vista de Triana desde una
orilla del río merece la pena, cruzando el puente la vista de la Giralda
también. Ya de vuelta descubrimos en la calle Betis el sitio que ocupó la
universidad de mareantes, la institución que formaba a los marineros durante
los siglos XVI y XVII. Cercano, un niño muy pequeño juega en su coche con una
tableta, demasiado bebé parece para tamaño artilugio. Me pregunto si hará lo
mismo que con los sonajeros o peluches, arrojarlo al suelo cuando ya se aburra.
Los padres adelantan que es una barbaridad. Y tras largo paseo, el hotel nos
recibe, fin de día.
Pastel de manzana en Airfriyer
-
Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Cádiz
-
*La tacita de plata.*
Estuve en otra ocasión, y la verdad, no me gustó mucho. Ahora ha cambiado
totalmente mi opinión, ¿será que la he visto con el atar...
bamberg
-
Bamberg sorprende, por sus calles y casas, de arquitectura diferente y
colorida. Hay flores por doquier, todo se cuida. También por su
ayuntamiento al...
Azurmendi
-
Primera visita al Azurmendi, tras la reciente construcción del nuevo
edificio donde cocina los menús gastronómicos. La verdad de que la
inversión no esta n...
No hay comentarios:
Publicar un comentario