Segunda parte, dicen que nunca fueron buenas. No
supera a la primera. Lo leo como una lección de historia, esta vez narrada en
pasado. Centrada en la guerra de África o en el desastre que allí sufrió este
país. Corrupción, mentiras, hambre, miseria. La guerra que vivió el autor no es
la que contaba la prensa. Me viene a la cabeza algún párrafo memorable, cuando narra
el hedor de la carnicería de la batalla. También el horror del hambre en la
retaguardia. Descriptor del ambiente social de la época, de las relaciones
humanas, impagables algunos párrafos sobre la institución del matrimonio en la
época. Me queda la tercera parte, espero vuelva al nivel de la primera.
La ruta. Arturo Barea. 1941
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