sábado, 17 de agosto de 2013

batalla de vitoria


No sin cierta polémica entre los partidos políticos, al fin y al cabo la batalla de Vitoria se libra por la independencia de España y algunos tienen sarpullidos con sólo escuchar las sílabas, se viene celebrando en la capital alavesa el bicentenario de aquella confrontación (junio de 1813). Algunos se vuelven pacifistas ahora, cuando hace poco jaleaban los asesinatos. Y ahora no les gustan las batallitas. En fin, hay de todo en la viña de la creación y los actos mas importantes ya se llevaron a cabo. Permanece en la Fundación Vital Kutxa de la calle Postas una exposición muy interesante sobre el tema. Audiovisuales, cartas, objetos, armas y pinturas llenan paredes y vitrinas para dar una idea de qué significó dicha batalla dentro del desarrollo de la guerra. Complementa la muestra un periódico que alumnos de bachiller del colegio Urkide han realizado con las noticias de la batalla. Muy buen trabajo. Los protagonistas principales son dos, el General Alava y el Duque de Wellington, ambos al mando de la coalición que derrotó a las tropas francesas en su huída a Francia. Del general se habla de su participación en otras grandes batallas como Trafalgar o Waterloo y cobran vida sus cartas de todo tipo, como en las que pide por carta al alcalde que repiquen las campanas de la ciudad en agradecimiento a victorias posteriores sobre los franceses. O como la que envía un año antes pidiendo auxilio y empleo para cuatro sacerdotes. Existen también maquetas que recogen los movimientos y luchas que abarcan un número importante de los municipios que rodean la ciudad alavesa. Me sorprende una carta encriptada, de la que sólo se ven números inconexos, fechada en 1815. Otros destacados protagonistas también tienen su espacio como Fernando VII o José Bonaparte del que se cuenta su relación con la Marquesa de Montehermoso, con la que dicen inició una relación en Vitoria, con quién se traslada a Madrid para huir luego juntos a Francia antes de la decisiva batalla aunque parece que el amor se rompe poco después. En fin, datos y mas datos para los amantes de la historia, como el que refleja que en algún momento del conflicto había mas soldados franceses en Vitoria que habitantes. Por último una queja, está fuera de lugar el frío absurdo que se pasa visitando la exposición, impropio de una ciudad como Vitoria, donde el verano no es precisamente sinónimo de calor.

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