sábado, 15 de diciembre de 2012

preludio coral

Uno ya acumula muchas navidades, y como en botica, hay de todo. Y la magia que ya se fue ya no se busca pero a veces basta algo o alguien o unas voces para enternecer el alma. Suena White Christmas o Blanca Navidad, sólo eso hace falta, soñar con las de antaño, arrinconadas y presentes, y el día acompaña, es día 14 del último mes, día brumoso, de lluvia fina que cala poco a poco. Y el concierto de Vox Aurea donde canta nuestro amigo PJ se celebra en una parroquia del barrio de Huertas, dice el párroco que esta no es una iglesia milagrera, que alrededor tiene varias de ellas que parecen quitar público a su humilde templo, y pronostica que serán minoría en un futuro los que traspasen la puerta, pero todos los caminos valen, dice, para llegar a Dios. De planta pequeña pero suficiente para albergar a los artistas y público. Es el Cristo del Olivar y alberga dos esculturas dignas de ser visitadas, la que da nombre al templo, obra del portugués Manuel Pereira, siglo XVI, y la Virgen del Rosario, de Luis Salvador Carmona, siglo XVIII. Y las voces suenan mezcladas, a coro, o de forma coral, y suenan sostenidas, marcadas a veces, y visten de negro, y reciben el aplauso tras velada corta pero emotiva en su final, y es que se lo merecen, obra de conjunto, el triunfo del grupo sobre la individualidad, una pequeña sociedad que sigue los mandatos del director con rigor y disciplina, y la música tiene esa magia, me eleva el espíritu; temporalmente, todo es distinto, todo habita en múltiples calles repletas de humanidad que recibe el maná del cielo en forma de agua que se resiste a ser blanca, como aquella navidad.

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