lunes, 1 de octubre de 2012
toledo-catedral
La Catedral de Toledo es sinónimo de sobredosis de arte. Monumental y llena de rincones, su visita con audio guía parece quedarse corta y larga a la vez. No abundan los detalles, quizás en aras del interés general. El transparente, obra escultórica de Narciso Tomé, destaca por su belleza, es considerada como la obra cumbre del barroco español y se realiza entre 1729 y 1732. Después de recorrer naves y capillas y de pisar lápidas y suelos desgastados la culminación llega con la sacristía. Acumulación de cuadros en las paredes, y a los numerosos Grecos, que gana por mayoría, acompañan obras de Luis de Morales, apodado el divino, de Luis Tristán, Goya, Rafael o el maravilloso San Juan de Bautista, de Caravaggio, donde las sombras dicen tanto como las luces. Una vez afuera, el calor se acumula al cansancio y apetece descansar, y comer, en gruta horadada en la tierra, con la piedra vista, con poca luz, y degustar las viandas, que acompañan el reposo.
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