jueves, 30 de agosto de 2012

cancionero


Revolviendo en los baúles aparecen nuevas canciones, y un personaje. Don Celedonio Uncetabarrenechea, profesor de inglés en el colegio Marianistas de Vitoria, década de los 70;  tuve la suerte de conocerle y de que me enseñara. Mi mejor profesor de inglés, sin duda, y no nativo. Sí era nativo del entusiasmo, con su chaqueta cruzada en trajes siempre con corbata. Frente despejada, gafas y avanzando por los pasillos, sembrando respeto, miedo en algunos, gudari (soldado) del ejército vasco en la guerra civil, herido de metralla en la cabeza, dicen que eso provocaba sus arranques de genio o locura. Profesor implacable, manteniendo el respeto, y sembrando responsabilidad, pidiendo trabajo y esfuerzo. Siempre lo recordaré por su ilusión. Los últimos minutos de cada clase eran de canto, atrás quedaba el magnetófono de viejas cintas de cobre que repetían dictados y lecciones. Salía la música de su garganta y entonábamos canciones en inglés, también en euskera. Y él transmitía toda su fuerza, a través del canto, una de las máximas expresiones del sentimiento. Y sus alumnos nunca las olvidamos y las seguimos cantando años después en noches de juerga y luna llena, y es que es como andar en bici, nunca se olvidan. Recuerden esta palabra, entusiasmo, lo que necesita transmitir el profesor, quizás lo único, lo que envuelve a lo demás. Y el alumno respondía y años después se daba cuenta de cuál era la diferencia entre los buenos y los malos, profesores. Don Celedonio, el Kele para todos, murió hace ya algunos años. Los años se echaron encima, su funeral fue uno de los más numerosos que se hayan celebrado nunca por un profesor de los Marias. Por algo será. Y reviso las canciones, y la primera es “He’s got the whole world in his hands”, espiritual americano. Eterna e imperecedera como “My Bonnie”, tema tradicional escocés. Y hay más, pero son dos muestras de cómo hacer las cosas de otra forma.

No hay comentarios: