viernes, 20 de julio de 2012

elefante blanco


El elefante blanco es un tipo raro de animal, no tan raro como que los proyectos se empiecen y no se acaben, para ejemplo, el llamado elefante blanco, o proyecto de Hospital en Buenos Aires que nunca llegó a su destino. Y ahora, esas dos palabras titulan la película de Pablo Trapero. Y voy a la sala para ver al actor argentino Ricardo Darín que convierte en cine todo lo que hace, instalándose como uno de los grandes de la pantalla. Y todo empieza en casi silencio, y las imágenes se suceden, a modo de documental, y todo acaba como una tremenda película, con un final trepidante, angustioso. Se habla poco, más bien se actúa, y no me refiero al elenco de actores, magnífico, me refiero a la acción de los que gravitan alrededor de el hospital abandonado, de los que dejan todo para estar al lado de los más desfavorecidos, sean sacerdotes o no, con Dios por medio o sin él, todo gira alrededor de esa fuerza descomunal que lleva a la gente a entregarse sin más, y el film está dedicado a la memoria de Carlos Múgica, cura villero, asesinado en el año 1974, sólo porque estaba de parte de los pobres. No dejen de verla, no sonreirán, no reirán, pero encontrarán vida, cine de verdad, y emoción plena, y quizás hasta sientan envidia.
Elefante Blanco (Pablo Trapero). 2012

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