martes, 26 de junio de 2012

sin título


Es cuestión de gustos, lo dice el coleccionista, mi pelea con el arte contemporáneo viene de lejos, y digo arte para referirme a pintura o escultura. No sé si existe la literatura contemporánea como tal excentricidad. Si sé que existe la música así llamada, difícilmente aguantable .Y lo contemporáneo no sé si es bueno o malo, sólo diferente, producto de la imaginación o de la locura, pero lo siento, he paseado exposiciones, museos y galerías, he viajado y he visto y nunca salí convencido, más bien lo contrario. Muchos titulan “sin título” y aciertan, porque es difícil titular la nada o el poco. Estoy dando pistas. No hablaré de engaño, hablaré de que no llego, de que mi cabeza no da más de sí, de que mi lóbulo frontal o aquel donde se guarden las conexiones sinópticas que se apropian de lo extraño está atrofiado, no hipertrofiado, fuera de forma, y veo cuadros casi negros o rayas que van o vienen y el lóbulo sigue ahí, indiferente. Asisto a una exposición en Alcobendas donde el coleccionista de arte Manolo Escobar, sí, el cantante, expone una parte de su colección. Un audiovisual nos lo presenta hablando de ella, y dice que todo es según el gusto, y yo le doy la razón, sólo que no avalo el suyo, o por lo menos parte de él, mezclas diversas en una exposición heterogénea, con gustos tan diversos que parecen abarcar todo. Me quedo más bien frío ahora que afuera el calor mata. Pero esa frialdad no combate el calor, es de espíritu, quizás me esté perdiendo algo, seguro, pero no lo llego a alcanzar.

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