domingo, 11 de marzo de 2012

mal ejemplo

Este país tiene difícil arreglo. Fíjense que no niego la posibilidad. Pero el arreglo lo verán los nietos o bisnietos si antes el sol no nos deja de alumbrar. Hoy, 11 de marzo, aniversario de los atentados de Atocha, siento vergüenza al ver las diferencias que hacen que se celebre un doble homenaje. Ni siquiera el respeto a las víctimas hace que se pongan de acuerdo asociaciones y políticos. Unos exhiben todavía la duda de la conspiración en el atentado, una especie de mano negra que solo ellos ven, los miembros de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que dicen que es un caso abierto. Y lo dicen delante de Gallardón, ministro de Justicia, que no dice nada, será que solo piensa en la mujer, que es presionada a abortar por la sociedad, según él. No hay nada como subir en el escalafón del poder para saber de qué píe se cojea. Empiezo a pensar que lo que falta en este país es buena fe. El ministro creo que la tiene, la fe, un tanto distorsionada, pero lo que sí tiene es muy mala baba, que es lo que queda cuando la piel de cordero se le pudre al lobo.

No hay comentarios: