sábado, 3 de septiembre de 2011

el niño asustado

Sigue el esperpento del fútbol y todos a una, los jugadores de la selección española de futbol acuden al rescate de alguno de los suyos en una tangana al final de su amistoso contra Chile. El patriotismo es como el Guadiana, y muchos se alegran de que la roja se una contra el enemigo común y se olviden las disputas internas. Lástima que la violencia sirva para unir. No estoy yo tan seguro de que el mar sea una balsa. Y es que parece cuestión de estado el que la roja permanezca unida. Que lo añadan a la Constitución, ahora que se ha abierto la caja. Y ya hecha la paz, el de la famosa pancarta, “tu dedo nos señala el camino”, tendrá que cambiar el mensaje ante tamaña demostración de unidad. Y siguiendo con pancartas, la tele asombra a veces, y el latín llega a los campos, como en la Romareda (Zaragoza), donde se ve una pancarta que dice: “Delendum est Agapito”, dirigida contra el presidente del equipo, algo así como “váyase”. Anécdota cultural en un deporte donde es difícil encontrar signos de positividad. No sé si saben que los accesos a las gradas se denominan vomitorios. Juegue con las palabras, busque doble sentido. El espectáculo a veces conduce a la arcada, y tras la escena, aparece un niño, asustado, con un balón de cuero, que sólo quiere que le dejen jugar, como cuando el cemento era cemento, la tierra quemaba y alguien te esperaba en casa, presto a remendar pantalones y curar heridas. Pero no se olvide, de todos depende que el juego, el nuestro, no nos lo roben esos que lo están transformando en esperpento mediático.

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