domingo, 6 de febrero de 2011

gestos

Dice Mubarak: “si dimito será el caos”. Les suele pasar a los dictadores. Se creen imprescindibles. Nadie lo es. Es una lección de primaria que algunos no aprenden hasta el lecho de muerte. Hay otro poder no emanado de las urnas, la realeza, ante el que los humanos tenemos comportamientos extraños. Veo una foto del alcalde de Alcobendas, recibido por la princesa Leticia, ante la que inclina la cabeza, en un gesto de exagerada pleitesía. Debe de tratarse de un miedo atávico, heredado de aquel antaño donde los reyes eran los amos de las vidas del pueblo. Y no entiendo el gesto, porque todos deberíamos ser tratados como iguales. Algún día, eso espero, nuestros hijos o nietos decidirán sobre el papel o continuidad de la monarquía. No cambiaría casi nada sin ellos, no seríamos más ricos ni más felices, ni arreglaríamos el paro en un minuto. No, nada de eso. Tan sólo descubriríamos lo que significa la palabra anacronismo.

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