sábado, 17 de julio de 2010

sueños

Nunca más, nunca intentaré despertarte cuando estés dormida. No, no sorprenderé tus sueños misteriosos, fáciles o imposibles, repletos de amor o amantes, llenos de dicha o locura; a veces puedo creer ver lo que sueñas cuando te miro en mis horas de insomnio. Tú no me ves, quizás te lo haya contado alguna vez. Tus párpados van y vienen, y a veces gimes o lloras o pareces reír, o un pequeño grito delata lo que tú sólo sabes; nunca más volveré a hacerlo, pero perdóname, estaba aterrado, llorabas, las lágrimas eran reales, húmedas, tomé una y no quise esperar, quise sacarte del abismo. Y entonces me abrazaste.

No hay comentarios: