sábado, 12 de junio de 2010

impresiones

Escritos con la lejanía y la tranquilidad que da la veteranía, rondaba los 65 años, Fernán-Gómez tiró de actualidad y pasado para escribir artículos en el País durante un año, textos recopilados en este libro que sirve como remedio ante la crispación. Me decía un amigo el otro día algo que yo desconocía. Los recuerdos son como las cerezas, tiras de una y salen varias. Eso le pasa al autor, que combinó magistralmente pretérito y aquel presente para volar por encima de la vida. Me quedo con un retazo de uno que se titula: Prohibida la historia. Rondaba el 50 aniversario de la guerra civil y Fernando decía y se hacía cruces: …”Y ya empieza a escucharse el rumor: …nada de estudios, nada de recuerdos; mejor es el olvido, el olvido todo lo cura….Hay que aprender informática, que ahí está el porvenir, pero con la historia lo mejor que se puede hacer es olvidarla….”
Han pasado 24 años desde entonces y en este tema en concreto, algunos siguen perdiendo el tiempo, es decir, aquellos que se niegan a pasar, no de puntillas, sí con aplomo y valentía sobre lo que sucedió allí. A eso se le llama no aprender, o no querer aprender, parte de nuestro carácter nacional. Yo, como no soy nacional, me dedico a leer y a aprender sobre aquello, y les puedo asegurar que el saber produce placer, aunque a veces sea amargo.
Impresiones y depresiones. Fernando Fernán-Gómez. 1987

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