viernes, 12 de marzo de 2010

flipante

Asombrado, flipado, le encanta donde está, y pone cara de flipado. Suena el himno de la champions, qué horror, se empeñan los de la tele en que pone los pelos de punta a alguien, será a los muertos. Cristiano flipa y sobreactúa, todo él es un acto cinematográfico o teatral, los gestos, las acciones desmesuradas, prácticas e imprácticas, individualista, le acusan. Los nervios del presidente del club, los de la presidenta, la lideresa. Juntos en un palco, soñando con la final en casa. Nervios traen desilusión. Esto del fútbol sigue siendo un juego. La decepción de los millonarios se pasará pronto. La de los pobres tarda más. Sé lo que se siente, yo he sido uno de esos forofos pobres, o pobre forofo, y todavía lo sigo siendo, a mi manera, en otros ámbitos, más humildes, ahora comedida, antes desmesurada, sinónimo de forofismo, sé lo que es sufrir por tu equipo, la desilusión de la derrota. Raúl pierde los nervios al final, la impotencia de no poder ayudar, el banquillo traiciona a todos y a todo. Final del partido, un año más, el aficionado ya no flipa. El flipado del campo se retira a los vestuarios. Los aficionados a casa, a llorar, algunos, a maldecir, otros, mientras las encuestas sobre quién es el culpable vuelven a intentar ponerle puertas al mar.

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