viernes, 22 de mayo de 2009

soñó

Al acabar el camino, el paseante se encontró al borde de un precipicio. Asustado, dio un paso atrás y retrocedió por el único camino posible, sobre los mismos pasos, cabizbajo y dormijoso. Se paró a un lado y se recostó contra unas rocas. Solía rezar antes de dormir, ya no, ya le habían abandonado las ganas de ascender a las alturas en busca de consuelo. Ya se había acabado su descarga emocional. Se sintió desamparado y se durmió. Soñó que llegaba de nuevo al borde del camino. Soñó que daba el paso definitivo y caía libre hacia el abismo. Soñó que un ángel le agarraba antes del impacto y que lo llevaba de vuelta a tierra firme. Se acordó de que no había rezado para pedir la intercesión de nadie y se sintió como un desagradecido. Tras el sueño, su mente despertó y se encontró rodeado de gotas levemente ruidosas que delataban a una lluvia serena y firme. Sintió frío y se levantó. Tiritaba, ya el sueño le había abandonado. Miró a derecha e izquierda. Atisbó el final del camino y el principio de otro, y no supo qué elegir.

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