viernes, 13 de febrero de 2009

a la carta

Antaño, la mañana del examen, los alumnos recibíamos al profesor diciéndole eso de ¡hubo nieve o hubo partido! para intentar evitar lo inevitable. Inevitable porque nunca colaba, era sólo una forma de relajar la tensión y de soltar la adrenalina previa a una prueba de la que sabíamos que no había escapatoria. El testigo dice que esta semana el profesor cedió y atrasó el examen 24 horas, dando más tiempo a los que no habían estudiado y creando una nueva expectativa para aquellos que ni siquiera se habían percatado de que había examen. Las posibilidades de sorprenderse son infinitas. Yo habría hecho otra cosa, habría mantenido el examen y habría hecho otro al día siguiente, avisándolo, sorprendiéndoles incluso con las mismas preguntas. Creo que apostaría a que los resultados no diferirían mucho. Dentro de las soluciones a la carta que parece ofrecer últimamente el tuto llega una excursión que organizan los profesores de religión a la que, evidentemente, no van los que no cursan religión, lo que hace que ese día estén éstos en minoría, sentados en clases semi vacías sin que el temario corra, etc. Lo mismo que sucedió con el viaje a la nieve donde esta vez la mayoría se queda en las aulas, apuntando claramente a que esta separación se produce por motivos económicos.Buscando en la inmensa red de conocimiento basta un clic para ver qué se dice sobre idearios y proyectos educativos. Alguien dice que “un centro escolar público tiene que carecer por ley de ideario”. Ideario según el diccionario se define como “repertorio de las principales ideas de una colectividad”, por lo que mi mente no alcanza a ver la diferencia entre idearios y proyectos. Este miedo a la terminología no es general y encuentro un centro público que dice lo siguiente: “Como parte del ideario del centro, se rechaza cualquier discriminación basada en diferencias de sexo, clase social, creencias, raza y otras características individuales y sociales”. Sencillo y ambicioso. Lo difícil es evitar que a veces chirríen las palabras.

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