domingo, 8 de febrero de 2009

aplazamiento

En Manchester, el estadio de Old Trafford es llamado el teatro de los sueños, bonita manera de acercar la poesía al fútbol. Los campos de Dios donde los desconocidos juegan al fútbol nunca serán Old Trafford, pero no por ello dejan de ser escenario semanal para el particular teatro de los sueños de los que los habitan. Al iniciar esta sección hablaba de sueños buenos y malos. A veces, el escenario se derrumba y un sueño malo se transforma en pesadilla cuando el despertar va acompañado de molestias de verdad, de grave lesión que aplaza meses el sueño de ser futbolista, sueño que lleva a algunos a cambiar de país, a cruzar el charco, a llenar una maleta casi con sólo sueños para una vez abierta en su destino, dejar que crezcan con el riego del trabajo para que se hagan realidad. Algunos pensarán que es un error tener ese sueño de ser futbolista, pero es que los sueños tienen eso, son atrevidos, osados y reincidentes, tanto, que a veces las lágrimas no pueden ahogarlos. Ojala que sea así.

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