Quisiera Amalia tapar el mundo con su bufanda, su pequeño mundo, quisiera alcanzar sus ojos con la tela roja y no ver, escondida en un refugio colorado.
Quisiera Amalia evitar que la vida entrase a borbotones por los poros de su bufanda, quisiera no sentir ruidos ni colores, sonidos ni olores.
Quisiera Amalia recordar quien le llamaba Ama y quien Lia, una de tantas cosas.
Ni siquiera aquel que conduce el coche conoce el secreto de Ama-lia esta noche fría.
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Hace 4 semanas
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