lunes, 1 de diciembre de 2008

sí virginia

Corría el año 1897, 20 de septiembre, cuando el periodista Francis Pharcellus Church respondía en una editorial del New York Sun a la carta enviada por una niña de ocho años, llamada Virginia O’Hanlon, donde ésta le decía al periódico que unos amigos suyos le decían que Santa Claus no existía, y que como decía su padre que si ves algo escrito en el Sun, es cierto, acababa con la pregunta final: “Por favor, dígame la verdad, ¿existe Santa Claus?”
La extensa respuesta de Francis no dejaba lugar a dudas:”…. Tus pequeños amigos están equivocados, están afectados por el escepticismo de una era escéptica… Nada existe que escape a sus mentes…Sin él, esta existencia no sería tolerable… Pasarán mil años y Santa Claus seguirá alegrando el corazón de la infancia”

Francis va camino de acertar, han pasado 111 años y Santa Claus sigue iluminando el corazón de los pequeños. También 111 años después, la historia se repite y parecemos estar en una era escéptica, aquella en la que cada uno se sumerge a medida que crece. Creo que Francis tiene razón, ojalá que siga rondando Santa Claus este mundo y añado que ojalá ese espíritu de imposibles que marca la Navidad grabe los corazones de los más pequeños para que se transformen en futuros posibles unos años más tarde, esos posibles reales que con un poquito más de amor, un poquito más de compasión, comprensión y empatía pueden desembocar en la creación de una sociedad más justa, cercana al ideal de esa niña que seguro que pensaba que todos los niños como ella iban a recibir su regalo en esa noche mágica.

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