viernes, 7 de noviembre de 2008

silencio

Corren tiempos ruidosos, los niños, desde muy pequeños, tapan sus oídos con minúsculos cascos que esconden graves y agudos sobre melodías de ayer y hoy. Por eso, que un testigo te cuente que en su clase se ha hecho el silencio, no porque el profesor esté hablando, no, él también se suma al silencio, lo impone, como juego o como práctica, un maestro de música que conoce que sin el silencio no existiría nada, ese que se puede palpar, ese que deja translucir rumores de motores lejanos, ese que hace que se sienta el agua correr por las ocultas tuberías, ese que es interrumpido por el grito de una niña en el patio, que despierta a los impacientes, que salta la risa y que hace que los soñadores, aquellos que seguro disfrutaban de ese instante, maldigan el grito.

No hay comentarios: