sábado, 15 de noviembre de 2008

comunión

Es bonito observar los gestos que los equipos hacen en la antesala de los partidos, algunos incluso los repiten antes de la reanudación tras el descanso. Es bonito ver a niños de 6 y 7 años abrazados con los entrenadores, cabezas bajas, formando ese circulo impenetrable al que sólo ellos tienen acceso, y donde los códigos son secretos. Serán sólo unos segundos, escasos, o casi el minuto, pero durante ese tiempo, que suele culminar con gritos que descargan adrenalina y elevan el espíritu, existe un acto de confabulación entre los miembros del plantel que se conjuran para lograr algo en común. Esa comunión es una de las características básicas de una colectividad, el refuerzo imprescindible para lograr el objetivo que atañe a todos. El verano trajo la moda del "podemos", Obama cubrió el otoño con el "yes, we can", en el fondo, el "juntos podemos" siempre ha estado ahí, sólo es cuestión de aplicarlo, pero no sólo al fútbol.

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