sábado, 10 de mayo de 2008

ibarretxe cansa

Por lo menos a mí. La enésima propuesta, esta vez llamada Pacto Político para la Convivencia, llega a los medios, con los mismos temas de siempre, cambiados quizás de orden, con otras palabras, con su "realidad", esa que habla de una Navarra a la que no se le pide opinión y la más lejana que implica a unos ciudadanos franceses. Que les pregunten también a ellos. En suma, las reclamaciones de siempre, un cambio de estrategia. A mí, lo que me sorprende es el poco respeto por el ciudadano de a pie. Quizás sea que los ciudadanos no nos lo ganamos. Cuando las preocupaciones de los mortales giran en torno a una mejor sanidad (por cierto, la sanidad vasca no anda huérfana de huelgas), una mejor educación para nuestros hijos y los futuros, unas mejores infraestructuras, una mejora de las condiciones salariales, las preocupaciones del estadista vasco giran en torno a su patria, al ente abstracto de ser y sentirse vasco. Viva el ser diferente, viva la identidad vasca, gritan algunos. Parece que el Sr. Ibarretxe haya olvidado la vocación de servicio de todo dirigente público que se debe de concretar en mejorar nuestra vida y de paso la suya. Decía Emilio Lledó en un fascinante artículo aparecido en El País el 27 de Octubre de 2007, titulado "Identidad", lo siguiente:
"La educación por la cultura exige una revisión y análisis del viciado tópico de la identidad. Una identidad democrática, una identidad global, como la del maravilloso concepto de "filantropía" -ese amor a todos los seres humanos-, que propusieron los griegos del helenismo, pide una ruptura con lo peor de tantas tradiciones que acaban encerrándose en el huerto del fanatismo y la irracionalidad. El horizonte último de esta reflexión tiene que comprenderse en una sola tesis: hay que amar la vida, toda la vida, y no sólo la nuestra, la de los nuestros. Una empresa difícil, que ha de concretarse en instituciones capaces de expandir esa necesaria forma de nueva identidad".
Amén, diría yo. Que pena que Emilio Lledó no sea muy leido y no aparezca tanto en los papeles como Ibarretxe.
Como decía la canción de Los Chunguitos, Si me dan a elegir, me quedo contigo Emilio.

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