El regalo se convirtió en una bomba, lo leo día si y día también, muy seguido. Es triste, real, es vida, puede que hasta terrible y siempre repleta de emociones. Es algo así como llorar en páginas sueltas, pares o impares, llorar sin lágrimas, se quedan dentro, se acumulan, y no es que me haga el fuerte pensando que solo es una novela que toma hechos de cada día y de cada hora y de cada noche, hechos que se repiten aquí y allá, no, es que no tendría suficientes.
Los siguientes. Pedro Simón. 2024
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