martes, 10 de octubre de 2023

rauda

Luna que no habla ni hablará, más osada ahora, atenta a lo que brilla en tus manos, blanca según la noche, de día se ocultó. Suave si la alcanzo, pocos pueden hacerlo.  Recogida también, quieta, acomodada.

Rauda Luna, déjalo todo, veloz cuando alguien llama, la puerta entornada es un mundo por descubrir, una espera corta, un ver y reconocer y saltar y brincar ante el reencuentro con él, que sólo se dilató un par de horas.


Hay gemidos que no se quieren oír, será lamento sin lágrima, será algo sin palabras.

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