Y hablando de fútbol, qué hay sino goles que llegan por aquí y por allá, sin lluvia, a veces de forma abultada.
Eso para compensar la sequía y la ausencia en otros encuentros.
También se ve que Bale tiene sangre, como los aficionados de Gales.
Y Messi empieza con derrota pero el mundial sigue. Y siguen algunos recordando a Maradona con comparaciones que nunca podrán ser refrendadas.
Sin ganar y sin perder la afición de México canta, llora y ríe, y todo en el mismo partido.
Y España golea y sentencia en treinta minutos.
Y claro que hay sorpresas, inevitables.
Y claro que hay sorpresas, inevitables.
Y un consejo, harto sabido y manido, hay que aprender de las derrotas y explotar la humildad en la victorias. El empate hay que rumiarlo aunque siempre genera esperanzas.
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