jueves, 22 de septiembre de 2022

cantabria.2

 Una marea alta debe ser esto, lo que veo desde este banco. Agua que avanza hacia el interior para llenar la ría, para tapar los huecos arenosos o los verdes, para cubrir árboles fantasmas y ahogados. En algún momento el camino se hará a la inversa.

Un viento sur debe ser esto, las temperaturas suben.

Un mar debe de ser esto. 

Y una línea del horizonte divide los dos mundos.


Corazones de papel a la salida de la Iglesia, llevados por el aire, lagartijas rápidas, unos picos lejanos y paredes de piedra de 1210, todo en San Vicente de la Barquera.


Oí los barcos que iban y venían de faenar, motores rugiendo.

Faenar quiere decir salir a la mar a pescar, a ganarse la vida trayendo pescado fresco después de una noche bajo las sombras. Puedo imaginar esas luces, las que parecen proyectar luz a todo el puerto y nos ciegan a los curiosos, allá adentro, rodeadas de la noche más oscura. Aparecerán como una minúscula vela encendida. Pero será luz que seguro calma, da confianza y aleja los miedos.

No hay comentarios: