sábado, 14 de mayo de 2022

mundos

Que existen otros mundos fuera del nuestro propio es sabido y conocido. Las noches que rara vez habitamos se llenan de gente, se llenan de luces de verbena sin verbena, de mesas y tenedores, de comensales y blancos manteles, de atenciones bajo sombras mayores que las que los árboles puedan proyectar.


Es sólo una siesta sobre un fondo naranja con almohada que se acomoda, donde descansa el cuello que se extiende, que si lo sigues llegarás a unos párpados que a veces tiemblan, con manos que descansan, con pecho que respira, casi imperceptible, con pies que no saben que el resto del cuerpo se durmió.

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