martes, 5 de octubre de 2021

vuelta.2

Desvío a Briviesca, Belorado y Oña, cada uno tiene su historia, algo de mí en cada sitio. Un bus verde que resulta familiar, suena a Madrid. Fardos de paja que forman construcciones que se inclinan, no durarán lo que Pisa. Sueño, será el cambio de hora. Los biorritmos alterados. Autopista que deshabita el paisaje, vida vegetal y geológica en estratos que asoman tras las voladuras. Caminos que salen o vienen, serán de parcelaria. El color se vuelve ocre, se ocultó. Pueblos a la derecha, a la vera de pequeños montes. Subimos la Brújula, un puerto,  aparcados están los locales enormes, abandonados. Parecía alta la montaña cuando nevaba. El viento sigue moviéndolos, el caballero los hubiera embestido, todo para perder el equilibrio. Son molinos pero también son gigantes. Camiones en paralelo. Letras como Olae, Hope, y una cara pintada. Lleva mucho tiempo ahí. Nunca vi la cara, hasta hoy. El hotel que siempre parece vacío. 

Agujas en la lejanía. Humo blanco y chimeneas rojiblancas, aún en Domingo. No hay carrusel deportivo ni gol en las Gaunas, tiempos de fútbol a la misma hora, con pitidos que anuncian goles. Los chalets se abandonaron y las persianas, oscuras, son lienzos ahora. Desde aquí la naturaleza gana en altura a la obra del hombre. Circunvalamos Burgos, ver en la lejanía. El mojón marca 236. Otro polígono, lleno y vacío a la vez. Con asadores de otro tiempo. El viento que mueve banderas, a mí no me llega. Adormecido, tranquilo. No conduzco, me llevan, me dejo llevar, sol esquivo que al aparecer parece implacable, preludio de astenia primaveral. Escuchar novedades musicales que no me llegan, no me despiertan. LV y PL en matrículas de camiones que viajan. Granjas abandonadas, de cristales rotos, inexistentes. Un toro de Osborne. Había una pequeña área de descanso que no veo ahora. O la pasé o desapareció. Se la tragó el tiempo. Se vende suelo industrial, 30.000 metros cuadrados. Se vende perdiz roja, y morcilla. Hotel y sartén, solitario o cerrado. Portería sola, sin goles ni cancerbero. Capicúa, 212 a Madrid. Subo el volumen para que me llegue algo. 


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