jueves, 24 de junio de 2021

ida.6

A veces asoma tierra arcillosa. Y casi siempre no se respeta la velocidad. Y así toda la vida. Quieren llegar antes, me pregunto adónde. La misma pregunta me la tenía que haber hecho yo hace años. En aquellos años no había molinos de éstos, estilizados, los que coronan alturas lejanas. Áreas de servicio que ahuyentan clientes, como la de Boceguillas, con muchos pequeños apartamentos, siempre vacíos. En tiempos pretéritos pastaba algún caballo por ahí. Chatarras y piscinas municipales que esperan el calor. Quizás un coche oculto, ahí, a la caza de velocidades, y gasolineras solitarias donde la noche dará miedo. Otras mas populares, acertaron, quizás la fórmula del éxito sea misteriosa, o azarosa. En Milagros avería y teléfono en bar. No existían los móviles. Sí los techos de uralita que protegen de la lluvia. Las porterías todavía no se han caído. Herrumbrosas, aguantan todo, tanto como la caseta de peón caminero que marca en blanco sobre azul la distancia a San Sebastián, tanto como un número de km. que no apunto, que no se queda en mi memoria. Provincia de Burgos, cabeza de Castilla y Tierras del Cid. Enseguida Aranda, corderos, lechazos, vino y Duero. Aranda también se atravesó, cruzando el rio,  por qué no navegarlo hasta Oporto. Pero aquello está muy lejano, como el tiempo que evoco. La autovía la dejó a un lado, lejana. San Bruno mira. Y lo explico, la estampa del santo sirve de marca páginas, él, fundador de los Cartujos. El río Riaza, pequeño. Y de fondo canciones, de CD o de casette, o de boca a capela, luego llegó spotify.  Todo fue, es y será música

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