Inocencia, bendita, la que me hace construir casas de palillos,
castillos de naipes y torres de arena al borde de las olas de la eternidad. Hablo
en presente. No quiero perderla, creo que nunca lo hice, mi única forma de
aferrarme, de no seguir haciendo preguntas. De no pensar por qué escribí
correndio en vez de corriendo. De seguir pintando siluetas de tejados, por
encima de las casas sólo el cielo. Colores en las fachadas y visillos plegados
en las ventanas. Y mi madre dice que me han bendecido, para ella siempre seré
un niño. Espere, ahora me hago adulto por un rato, para volver a los clásicos,
y asistir con los ojos bien abiertos a la representación de Misántropo, de
Moliere, pestañeo por obligación. Fíjense que se escribió en 1666 y es actual
además de real. Me vuelvo a los 60 o a los 70, olores de horno, el amanecer
horneó todo y dejó el aroma que nunca se va. Y ahora dibujaré una pelota
grande, brillante, para hacerla rodar.
Pastel de manzana en Airfriyer
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Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Hace 3 días
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