No es la primera vez que
percibo que no me llevaré nada, que aquí se quedaran, fotos casi sin ver,
libros sin leer o libros queridos, revistas, trozos de papel, por no hablar de
todo los demás, o de lo que de verdad importa. Por eso, como no es la primera
vez, duele menos. Tampoco es la segunda ni la tercera así que ya no es dolor,
es seguridad, es lo que es, certeza, que simplemente apunta y hace una muesca,
ligera, imperceptible. Que alguien, otros, los que me dejan el corazón marcado
de otra forma, abrirán puertas y empaquetarán sin recrearse en lo que encuentren.
Que son objetos, nada más.
sábado, 13 de julio de 2019
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