Volver a la
infancia. Escuchar la memoria y el alma. Inolvidable el libro. Yo diría que
imprescindible para los amantes de las vivencias, de la historia y de la vida.
Israel y su nacimiento de telón de fondo, todo contado por el niño que luego
será escritor, con sus ojos inocentes, todavía, que no entiende, que no juzga. Sí
juzga el ya adulto, lo suficiente para echar por tierra esos tópicos que
tienden a generalizar comportamientos y actitudes. Llego a anotar mi pequeña vivencia de lector: y al final
llega la emoción, que siempre la hubo, será que no quiero llorar. Porque mucho
habría que llorar en algunas páginas de esta obra de arte.
Una historia de
amor y oscuridad. Amos Oz. 2002
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