sábado, 16 de junio de 2018

por toledo


Tajo caprichoso, que va y que viene. Forma meandros que hacen curva, horada y sedimenta. Cárcavas erosionadas por lluvia. Bonito paisaje, son los pájaros los que silban entre medias de los olivos, de las amapolas sueltas, de las plantas silvestres. Aviones y no plateados. Restos visigodos en la Ermita de Santa María de Melque. Piedras grandes y espacio en cruz. Amapolas que se multiplican y que pintan lo verde. Castillos cerrados. Y bodas y candados y fotos en la capital, Toledo, desde sus puentes se ve el agua. Casi se toca el agua al bajar, del mismo río, que se fue y vuelve. Paseo de tierra y luego de piedra, interrumpido. Y toca cuesta arriba, empinada, gente y Catedral con claustro. Tocan más fotos de turistas. Y Santa Cruz, que fue hospital y hoy es museo. Y él de gris, plateado, y él de niño, que soñará con caballero y espada, y es que con poco se hace mucho, incluido un abrazo que no deja plata en la piel, sí un rastro de emoción.

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