directo

El directo no tiene parangón, lo malo y lo bueno puede relucir, salir, expresarse. Jóvenes que danzan en el día mundial, bien preparados, con escaso público, parece que ni las familias sean suficientes para llenar las filas, las mismas que sí llenan Faemino y Cansado, que llevan haciendo años haciendo humor, y consiguen el objetivo, la gente se ríe, se sonríe, unas veces más, otras veces menos, quizá el metraje sea excesivo, historias que nunca acaban o que cuando acaban ya no se sabe cómo empezaron, son las fiestas de la ciudad perdida. Alcobendas rinde honores al patrón del campo, de la cosecha y del barbecho. En la feria hay gente y toca Allende rodeado de los suyos, banda en directo. Suena como si llevaran toda la vida ahí, lo que hace el trabajo y el talento, hay canciones para cantar y para escuchar, y para sentir. Luego los fuegos iluminan la noche, asustan y hacen ruido, petardazos de colores que parecen caer sobre nosotros. Luego José Moreno quiere despedir su disco. Le vimos presentarlo. Guitarra en bandolera, contador de sentimientos, somos pocos los elegidos, quizá no se pueda vivir de esto, desde luego. Escasos espectadores que antes escuchamos a Guille Ayora, otro cantautor, quizás haya demasiados, pero no sobra ninguno. Quizás faltan, para seguir esparciendo sensibilidad por donde quiera que vayan. Y luego las calles se pintan de rojo y blanco, ganó el Atleti, el que no gana tanto, el que se merece eso y más, no es un equipo modesto, no, es lucha y garra. Luego hay baloncesto, hay canastas, hay blancos y rojos, y personas en las gradas que han envejecido. Y luego la gente chilla en la televisión, se casa un príncipe británico y gritan al ver vestidos, elegantes, ellos, sobretodo ellas, y digo yo que por qué programan otra boda real cuando lo que queremos, muchos, es abolir privilegios, y abolir injusticias. Qué hemos hecho señor, también en directo, no estoy allí, en la isla, pero sí estuve escuchando, sintiendo a artistas de trayectoria, a artistas que sueñan, y a otros que parece soñaron y no acaban de decidirse a seguir haciéndolo. Mi homenaje para todos aquellos que consiguen transmitir, con palabra, o con canto, o con pasos.