sábado, 13 de enero de 2018

saramago



Hubo un tiempo en que compraba un libro tras un funeral. Una costumbre como cualquier otra, quizás para recordarme la finitud del tiempo, y para descubrir cuánto queda por leer, inalcanzable objetivo. Se mueren los mayores, a veces no. Fue el día de todos los santos de 2004. Lo acabé enseguida, el último día de Enero del año siguiente. El Saramago narrador atrapa.

La caverna. José Saramago. 2000

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