Cuarto tomo, se acaba la
historia. Sigue la violencia, a flor de piel, como gestora de conflictos. Los niños
huérfanos han crecido. Surge el primer amor. La radiación sigue haciendo
estragos. El protagonista se engancha al dibujo, quizás eso le salva la vida. El
recuerdo de la guerra y la bomba omnipresentes. Dejar Hiroshima y tomar un
tren. A labrarse un futuro, casi truncado, abierto todavía. La última imagen,
el tren veloz, visto por la trasera, último vagón, silbando.
Pies descalzos-4. Una historia de
Hiroshima. Keiji Nakazawa. 1975
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