Habría
que leerlo. Si le interesa lo que en Euskadi pasó. Hablamos de terrorismo. Hay emoción,
mucha, llega la hora de cerrar, se acaban las páginas, acabo llorando. La historia
se conoce. Alguien es asesinado y alguien mata. Dos familias. Entre medias
quizás sobren páginas. Al final no. Se desbordan las emociones. Los últimos
capítulos se resuelven sin silencios. Bueno, no. Hay uno. Quizás hasta en ese
silencio haya vida. Los personajes se
desbordan, unos mas que otros y desbordan al lector. Se habla de viva
repugnancia. De lo que piensan las víctimas. De lo que buscan los que se
quedan. De perdones, de olvidos. Quizás no haya mejor forma de empezar el año. Todos
dormían. Y yo leyendo sin ver que algo brota de mí, sintiéndolo. El dolor con
el que se puede y se debe empatizar. Y una pregunta. ¿Y para qué todo el
sufrimiento? Y una respuesta, para nada. Lo que flota en el silencio que se
queda. Se cierran las tapas. Se archiva el libro. Se habla de él, se
recomienda, vivo, mas vivo que nunca. Aunque algunos se empeñen en olvidar. La
tierra cubre los muertos. Pero las almas no entienden de tumbas ni de olvidos.
Patria.
Fernando Aramburu. 2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario