Siempre es un placer leerle. Quiere un mundo distinto. Muchos estamos
de acuerdo. Mas justo, sería una buena definición. Dando ejemplo, lo ha hecho
siempre. Quiere compromiso, no sólo voto, pide algo más, una revolución de la
conciencia para evitar la dejación de ésta. En plena lectura le ingresan en el
hospital. Ya son 72 años y unos cuantos problemas cardiacos. Dicen que la edad
trae la sabiduría. No creo en las reglas fijas, pero creo que él sí la cumple. Sigue
queriendo compartir conocimiento, que el saber se universalice. No es un libertador,
quiere sembrar. Quiere darle pensamiento al votante, no consignas, u ocupar la
cabeza antes que las calles. “La política como propuesta de fantasía concreta”.
Suscribe a Gramsci, “Instrúyanse…Agítense…Organícense…” “Cada uno tiene que ser
objeto y sujeto de su liberación”, es decir, hay que luchar por quién está
dispuesto a participar en el proceso. Pensamiento y acción. Coincido en mucho, comparto
parte o muchas de sus opiniones, no todas, cada uno llevamos un programa
electoral dentro. Me gusta su enfoque pedagógico, intentando llegar al
interlocutor. Le han acusado de mucho y de todo. Pero sigue íntegro su nombre,
su labor, fuera de escándalos, sobornos, fraudes, no hay constancia de esa
falta de dignidad de tantos compañeros de hemiciclos o salones de plenos. Con la
cabeza alta sigue hablando para el que quiera escuchar. La siembra es gratis. Julio
Anguita es la persona.
“Nada debe de parecer imposible de cambiar” Brecht
Julio Anguita y Julio Flor. Contra la ceguera. Cuarenta años luchando
por la utopía. 2013
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