Quizás visitamos más de 30 castillos en ese viaje de agosto
del 91. Para todos los gustos, derruidos y enteros, auténticos palacios unos,
más que fortalezas, otros medievales, unos de paredes que respiran muerte,
otros como cuentos de hadas. El Donan Castle es de postal, allá en las
Highlands, ocupa una pequeña isla del lago Duich unida por puente al mundo. Del
siglo XIII, fortaleza defensiva ante los vikingos, es de esos sitios que no se pueden dejar de visitar si usted está por allí. Y qué decir del
castillo de Comlogon, en Clarencefield, la explicación de la guía de que aún
habitaba el lugar el fantasma de una chica que se suicidó para no casarse con
el pretendiente elegido por su padre hace que durante el resto de la visita se
amplifiquen los sonidos desconocidos y se mire para atrás. Nunca dormiría allí.
Pero si me quedo con uno es con el castillo de Sinclair, en la costa escocesa,
su construcción, hoy muy derruida, al lado del acantilado, evoca un centro de
defensa ante las incursiones enemigas. Se puede bajar al mar, y ahí, en una
pequeña y estrecha ensenada donde el agua llega a las rocas, uno imagina idas y
venidas en barcas que llevan a barcos mas grandes anclados afuera, en la bahía
del mismo nombre, naves que esperan viajeros que agitan manos en despedida de
los que moran allá arriba. Y las tempestades han hecho su parte de trabajo, y
el paso de los años, pero mientras quede una piedra en pie la imaginación
humana no tendrá límites.
Pastel de manzana en Airfriyer
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Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Hace 1 semana
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