domingo, 8 de julio de 2012

condicionada


La tarde de domingo no se apaga porque el decrecer de los días no corre, sólo avanza parsimoniosamente, y tras la vacación de dos semanas viene el lunes de trabajo y se olvidarán tan pronto los días pasados que parecerá que nunca hubieran existido, y el domingo lo es más que nunca, anticipo de despertador, de rutina y de tantas otras cosas, y que no falte, nos consolamos con decir, y sí, llevan o llevamos razón, no se vive del aire, no se alimentan las bocas sino por bienes que se adquieren con dinero que alguien nos paga por hacer algo. Y mejor no hacer preguntas y seguir, no vaya a ser que salgamos huyendo en busca de una libertad irreal. Y me acuerdo del boson de Higgs, o de la partícula de Dios, y de cómo intenté leer lo que decía la prensa al respecto y no entendí nada o casi nada, y no me dio ni más esperanzas ni me quitó ninguna, simplemente me dejó como estaba, es lo que tiene no entender. Descubrir, que no inventar, y teorizar sobre no se sabe qué, y mañana el mundo seguirá mientras la corriente de la vida nos mece, a su merced, dejándonos en libertad condicionada.

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