sábado, 16 de junio de 2012

mañana de Julio


Respirar junto a ti fue lo más bonito que viví ayer. Fue de mañana, soleada allá donde los rayos llegaban, pero fresca. Me encontré junto a ti en esa calle, donde resbalamos juntos, donde sentí tu respiración, donde sentí todo tu ser a mi lado. Y de repente desapareciste, te fuiste de mi lado, y me vi al otro lado de la valla, impulsado por la marea, y te perdí.  Y hoy desperté para ver que seguías a mi lado, porque nos volvimos a encontrar, ya sin carreras, horas más tarde, ya sin el toro que respiraba para vivir, y eras tú, y ahora tu respiración se había hecho más suave,  ya no jadeabas, ya solo eras tú, a la que yo miraba ensimismado, y afuera sonaba un cohete, 24 horas después, y yo enredaba un anillo de tu pelo y lo apartaba y lo volvía a poner y dejaba caer mi mano sobre tu espalda, deseando casi que abrieras un ojo y despertaras en penumbra y me quisieras, y me dijeras que cerrara la puerta del balcón para protegerte del alba.

No hay comentarios: