Suelo llevar un libro siempre en la mochila. Nadie sabe donde acecha el atasco del siglo, o la espera en el médico, o vaya usted a saber el momento donde el tiempo, que a veces nos sorprende indefensos, necesita de unas hojas para matarlo. Y los libros de visitas médicas suelen ser de utilidad relativa, livianos y suaves, asequibles al desaliento y a la impaciencia. Éste libro empezó a ser leído entre esas impaciencias aderezadas con cansancio, hasta que un día algo me impulsó a sacarlo de la mochila, una frase, algo, no sé qué, una esperanza fundada. Y mereció la pena. Escrito allá por el siglo XIX, Machado de Assis, escritor brasileño, desgrana vida por las páginas, y todo es actual, como siempre, porque lo antiguo tiene de antiguo el decorado y el vestuario. El interior de la persona gira sobre lo ya sabido. Y me encuentro con un humor e ironía que desatranca la fatalidad de la existencia y acabo disfrutando con una lectura que al final se ha transformado en impaciente para llegar a la última página. Y sobre utilidades relativas de la existencia, hasta un capítulo lleva ese nombre. Diría que imprescindible.
Memorias póstumas de Blas Cubas. Joaquim Maria Machado de Assis. 1881
Pastel de manzana en Airfriyer
-
Batir 1 huevo, un chorrito de aceite, otro mas grande de leche, una
cucharada de Royal y harina hasta que quede una crema. Pelar una manzana y
cortarla en ...
Hace 3 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario