sábado, 15 de junio de 2024

rapsodias

Todo empieza con el discurso de ingreso en la Academia de la Lengua. Es el doce de Mayo de 1934 y Baroja relata la experiencia de una vida, la que pasa por su ciudad natal, San Sebastián, por Madrid y Pamplona, la de sus estudios de Medicina entre la capital y Valencia, la de de sus limitaciones y la de su afán por ser claro y seguir la verdad. “Este entusiasmo por lo verídico y la antipatía por el fraude constante terminan a la larga en la misantropía; el otro camino, de la contemporización, conduce a la hipocresía y a la vulgaridad”.
Solitario, “nos hemos ido agriando y haciéndonos esquinados y atravesados con el trato social y con la vida”, seguirá con su anarquismo crítico (crítica a la vida social y política), su liberalismo extremo, su pesimismo, el acercamiento al budismo y su tendencia a la vagabundez. Algunas frases, “Hubiera deseado una evolución y una revolución lenta”. 

“Pensé si no habría más que la dictadura de las personas inteligentes que pudiesen realizar con plenitud el orden y el progreso de las cosas materiales, dejando a los hombres la absoluta libertad de pensar en cuanto fueran asuntos del espíritu”.

Luego médico en Cestona, luego atendiendo al negocio de su familia en Madrid, la tahona que se convertiría en Viena Capellanes, luego desencantado acude a las redacciones y empieza una vida diferente, literaria, con excursiones, viajes., etc, y una idea que prima, el individualismo y el liberalismo. Y un deseo, “siempre se espera algo” del porvenir próximo.

Hay otra conferencia, octubre de 1933, en el Ateneo Guipuzcoano, Las ideas de ayer y de hoy, y otra más en Villena. Luego se suceden los ensayos sobre diversos temas, sexualidad, barbarie, crueldad, razas, arios, semitas, utopías y un muy interesante artículo titulado La ganancia lícita. Con denominadores comunes como sus críticas a los modelos políticos faltos de libertad, a las prebendas de los representantes políticos o a la oscuridad de los gobernantes; reitera igualmente su desilusión con los resultados reales que la República está dejando a los ciudadanos.

Algunas frases más , “los dictadores actuales a nombre del socialismo o del fascismo, tratan a la gente como al ganado” o una inquietante “la verdad no se sabe nunca”.

Rapsodias. Pío Baroja. 1936

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