domingo, 28 de noviembre de 2021

retrato

Libro difícil, de infancia y adolescencia, dicen que con tintes autobiográficos del escritor irlandés. La religión, omnipresente, el pecado acechando. Una primera parte que deja algunas perlas deja paso a páginas complicadas. Pareciera que la escritura se extendió en el tiempo, que se perdieron las referencias iniciales y que la persona que terminó la novela ya no era la misma que la que la comenzó.

Retrato del artista adolescente. James Joyce.1914

nieve

Errando por calles mientras cae la nieve, pisando los restos, pisando charcos, metiéndome en ellos, hablando con Arwen, que no contesta. Nombre de borrasca, pero nada más, bonito trabajo bautizar temporales, los que simplemente dejan caer los copos, incontables, de un cielo blanquecino, agitando todo, para que no olvidemos que la naturaleza es todo y todo lo transforma, esculturas que ahora tienen el pelo blanco, caballos que corren, agitados, niños que juegan, sorprendidos, muñecos de boca sonriente, árboles hermosos, inclinados, reflejos y contrastes, los verdes más verdes y los blancos más puros.

jueves, 25 de noviembre de 2021

vuelta.6

Solo se siente satisfecho quien no sueña demasiado. Eso dice un cartel a la entrada del bar. No estaba antes. Me he pasado la vida soñando, es gratis y es deseable. Quizás sea infantil. Qué es la vida sino una huida constante para no crecer. Es el Hotel Mavi, al que se llegaba después de dejar ahí al lado el Pico de la Miel. Es La Cabrera, provincia de Madrid. No está en mi memoria de antaño. Por qué no veía yo esa montaña, tan grande como es. Quizás yo llegara dormido o adormilado o soñando. Para pasar la tarde y después cenar, consomé y tortilla francesa, tras cristaleras que hoy albergan un gimnasio. Sueños en cama de parada intermedia, de alto en el camino, que aún queda camino. Niño entre sábanas, ajeno a todo en coche de verano.


miércoles, 24 de noviembre de 2021

Zaragoza

Quieres andar, como pregunta, a ella, que está en la silla. Un retazo de vida, hay tantos en tan poco espacio, el que da un puente de piedra, momentos plasmados en fotos, selfies, muchos con vistas de la basílica. Hay cuanto esperas encontrar. Me marché antes de ver si ella se levantaba, también antes de que alguien arregle esa terraza abandonada, ideal para que pudiera tener vida otra vez, y caminando pude ver una ciudad deslavazada en alturas con esa mezcla de bloques que sobran o que faltan. Ayudará el día gris a ver todo distinto, incluso al río, calmado; pero los blancos del vestido de la novia no dejan de brillar y también queda la emoción y la mucha devoción para ver a la pequeña Virgen en en el pilar. Se reza, se hace el silencio. Fuera hay terrazas con quemadores que dan lo que el sol no da, se pasa el sábado rodeado de gente, con comida y bebida, el frío no importa. Vuelvo a la de antes, a la no habitada, la que también tenía la persiana extendida, nadie la subirá. Como el telón que tampoco sube ya, eran de color rojo y cuando dejaban libre la pantalla empezaba la película. Hoy hay fundido en negro en la sala y se proyecta el buen patrón, qué buena película, qué de todo tiene. Aparte de eso vemos un retablo bonito y una colección de tapices magnífica, es la Catedral, a la sombra del Pilar. Y luego un tubo repleto de bares y un río oscuro, que ya la luz no está, con Goyas de mentira que homenajean al verdadero. Y esa noche trae distancia con el día, y hay más tarde un despertar para escribir en piel. Y qué más hay, un gran museo de la ciudad, un sol que buscamos, los cantos de una misa que termina, deportistas y caminantes que ven a izquierda o derecha las aguas. Y un cantante, que bebe a sorbos, que canta Granada, al que aplaudimos, y que acerca su mano a su corazón, una forma de agradecimiento; que seguimos, que nos vamos.

viernes, 19 de noviembre de 2021

vuelta.5

Somosierra es nieve y luchas. Batallas por la independencia y ermita en lo alto. Franceses que suben y españoles que resisten. Con aliados en uno u otro bando. Puerto no muy alto, no aparatoso, pero puerto. Parece que la meseta empieza después. Llanura que no se abarca. También es cascada, nace el río Duratón, hermosa en Invierno y Primavera, triste en verano. Da para excursión y para no cansarse del murmullo del agua que brota sin fin. También son colas y caravanas. Las luces rojas subiendo, procesión en domingo, vuelta a casa. Todos despacio. Parados. Luces que se hacen mas luminosas o no. Festival que no se acaba. Mal síntoma que empiece la caravana ahí. Palabra que me recuerda al Oeste. Las carretas llevan motor ahora y no hay indios merodeando. Menos mal. Pero aquellas avanzaban más. Nosotros parados, sin hacer círculo. Algunos hasta salen a mear. Otros bostezan. Alguno resbala al salir. Hielo en arcén. Cuidado. Los más nos acordamos de algo o alguien. Y hacemos votos de no volver a salir otro fin de semana así. Las paradas me enfadan, me enervan. Votos que nunca se cumplen. Bocadillo en el coche. Olor a salchichón o jamón. Ese olor tardará en irse. Las migas se jubilan con el coche


puente

Lugares comunes, jugar con el vértigo, es un puente que crucé, todavía lo cruzo y seguro que lo cruzaré. A veces sin mirar, otras consciente de todo, sabiendo. A lo lejos algo, alguien, más allá olas, que se aproximan, quiero verlas. Vienen a caer, a explotar aquí, cada una distinta, como los rostros de cada día en la ciudad de siempre.

jueves, 18 de noviembre de 2021

destino

Novela ambientada en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial. Un capitán es destinado al frente francés para informar del estado del Cuerpo Expedicionario Portugués y de lo que puede ser mejorado en un futuro. La atrocidad, las trincheras, la muerte, todo irá en los informes, todo lo que los gobernantes no quieren escuchar. Interesante narración.


O destino do Capitao Blanc. Sergio Luis de Carvalho. 2009

sábado, 13 de noviembre de 2021

miserables

Quizás no haya nada mejor que decir de una obra que hay que leerla, que no se puede dejar de lado, que aunque se agolpen las páginas, enorme su número, la historia sigue, se retuerce, vuelve, no deja insatisfecho. Y es que hay de todo en sus líneas, y por encima de eso hay un personaje inolvidable, Jean Valjean.

Los miserables. Víctor Hugo. 1862

viernes, 12 de noviembre de 2021

ajena

Así, pequeño, con las letras y las notas, que suenan, así me siento, todo lo llenan, todo mientras ahí afuera todo o mucho es caos. Y un poco de paz, novedad, y un poco de nada, alegría momentánea, todo por cantar, por acompañar, por estar sin más, sin esperar ni pensar.

Y les veo ocultarse tras la máscara, terrorífica o no, con sangre falsa, hay fiestas de naranja y negro y rojo, con colores y sustos, con miedo de mentira. Ella no asoma más que los ojos, él asoma los suyos. 

El niño de la mano, la madre le dice que a veces las cosas se rompen, que los espejos se agrietan y entonces nos vemos rasgados. Eso puede dar más miedo, piensan ambos, no lo dicen.


Como tampoco hablan los habitantes de los tiempos de esperanzas, qué hacemos aparte de estar, mirar y sentir.

Revolvernos en la cama, dejar de soñar para despertar y escuchar sonidos que llegan, que se desvanecen. Luego ruidos, luego certezas, también cantos.


Mientras, ella, ajena, y con las piernas ocultas por velos arremete con todo, explota, puede, es voluntad, son ganas, es su juventud.

martes, 9 de noviembre de 2021

vuelta.4

 ¿Cómo era él? ¿Y como soy yo? Surcando los paisajes desnudos de progreso, polvorientos, ajenos a lo que vendrá, a lo que llegó. Los vivos, no rechistan. ¿Y cuando llegaron las vidas? Hay que salvar el Gromajón, pintada. Tras la ventanilla ella, sola, mueve los labios, canta o habla, cantará las canciones de ahora, de su vida, el piano, sólo. Y se hace muchas preguntas, todas y ninguna, guarda silencio. Páginas en blanco, quiere imaginar todo lo que le prometen. Y si cierra los ojos, no lo hagas, no olvides que conduces, sólo ve a su madre que le mira y sonríe. Si fuera primavera vería algún árbol aislado en flor. 

Y nuestro viajero no se imagina como Dios puso todo ahí, tú aquí, tú allá, un orden desordenado que le asusta. Mira sus manos y ve las ovejas. Las manos que se mueven, las ovejas, gobernadas, pastan. No conoce nada. Habla con el pastor, hosco, taciturno, Dios esté contigo, hermano. Y si el pastor no le conociera, a Dios, y si nunca hubiera oído hablar de él, y si no supiera de la otra vida…

Y el monte se quemó, y luego años después sólo yo sé que ahí hubo un páramo negro que ascendía la colina. La vida surgió de nuevo, es tiempo. Amenazador el frente, alturas que tocan el cielo. En esas nubes se esconde el agua, pero su color es oscuro, diabólico. ¿Por dónde cruzarías tú? ¿Y tú me lo preguntas? Jose Moreno vuelve, subir, diez grados, salvar la vaguada. Agua, todo encaja. Nos guía, hermano. Pasado el peligro se abre la luz. Y Moreno lo borda, “no la ves aún, pero llega”. Estación deprimida, fascinante. Avería triangulada. ¿Cómo se hacen los caminos? Los hacemos todos, que se lo pregunten al poeta. Todo se aclara, se filtran rayos, luces que nacen en las nubes, ¿será hermoso la palabra adecuada? Esa tierra que se extiende, y el horizonte no encuentra montañas. Nada, ni colina, ni mota. ¿Dónde acabará esa tierra? ¿Qué haremos el día del Señor? Descansar hermano. No, ahora no, ahora la gente viaja.