jueves, 30 de diciembre de 2021

deseos

Pero puestos, ya puestos, en modo carta a los magos que echo en el buzón de Correos, que se me antoja como un león de enormes fauces, ante la iluminada sonrisa de mis padres, podría decir que quiero soñar cada noche, que también me apetece bailar, que me gustaría pintar la niebla, sacarla de su único color, que quisiera escuchar la soledad de los árboles y poder entender el vuelo en bandada de los pájaros. Y poco más, y poco menos; quizás olvidaba que quiero vivir contigo.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

vivir

A veces al acabar ciertos libros me pregunto ¿y ahora qué? Qué seguir leyendo después. Y es porque hay páginas que te cambian el paso, que te dejan pensando si habrá algo más, algo que siga agigantando el placer de la lectura. Y lo habrá, seguro. En estas líneas hay mucha oscuridad, entre guerras y dictaduras, con casas al borde del abismo e historias brutales llenas de violencia y venganza, todo bajo una prosa brillante y diferente. Libro a leer y autor a seguir.


Vivir abajo. Gustavo Faverón. 2019

domingo, 26 de diciembre de 2021

nada

Es un Domingo, aún de mañana, todavía no llegó la tarde, pero anticipo palabras, las que siguen.


Que en la lista semanal de libros de ficción más vendidos entre nueve librerías de Bilbao y Vitoria aparezca Nada de Carmen Laforet en el sexto puesto es una buena noticia. Entre tanta novedad del mundo editorial que busca nuevos lectores, entre tantas y tamañas tramas, hay gente que vuelve la vista atrás, fue publicado hace casi 80 años, y busca el que sin duda algún día se convertirá en un clásico de la literatura si es que ya no lo es.


Cada vez que escucho al Rey me parece estar escuchando a un actor, con su buena declamación, eso sí, faltaría más. Pero no a un buen actor, no veo a un rey detrás, será que nunca he escuchado a ninguno de verdad. Y cuando acaba el discurso se me olvidan las palabras, huecas, obvias y simples. 

sábado, 25 de diciembre de 2021

fluir

Como pescador que va al Zadorra salgo temprano sin saber nada de lo que pasa en el mundo, intuyo que sigue a lo suyo, que nadie nos confinó en las últimas horas, porque alguien veo, a un señor que en un bar, sentado, come su bocadillo, puede que no cenara anoche. Y si las calles están vacías más lo está la vía verde del antiguo ferrocarril, encajonada entre tapias escritas y pintadas, con árboles a los dos lados, con sus copas peladas, con su base que mantiene algunas hojas arrugadas y mustias que caerán cuando sople el viento por el túnel. Y lo que ya cayó alfombra el carril bici, húmedo. Y las fábricas o talleres parecen ausentes, la corrosión presente en paredes, y sólo el ruido en alguno delata que algo se produce, no sé el qué, allá donde tantos pasan sus vidas.  Y de repente humanos y perros, se cruzan, y uno de esa raza que me gusta aúlla, no ladra, y no sé qué significado tiene lo que parece un lamento, podría ser sorpresa, saludo, miedo o alegría. De ella, parada por un instante, veo su pelo de tono rojizo, pero no sus ojos. Y tras breve cuesta donde el tren cede llego al río que hoy parece manso, y que hace unos día creció y creció hasta desbordarse, y el agua cuando se desborda es imparable aunque hoy me parezca mentira. La vuelta me lleva por otros caminos, un coche aparcado podría albergar dos cuerpos amándose que eligieron este día para contarse un futuro. Sitios conocidos, todo humedad, los pájaros que picotean, que vuelan, y la vida que surge,  él pone un asiento, planta su cartel que pide ayuda, se sentará, ella habla con alguien por la pantalla del móvil, en un idioma diferente, mientras el niño del carro que empuja aprende las palabras de su madre, y el abuelo lleva pan. 

Todo parece fluir, hasta mis miedos, que suben y bajan. Y si vine deprisa vuelvo más deprisa, cuánto me gustaría correr, porque ella está sola, porque ella es frágil.

viernes, 24 de diciembre de 2021

planes

Cambio de planes, cancelaciones, nada es seguro, la última hora, lo imprevisible, lo que nadie espera, el azar, todo lleva a esta noche, buena. Salen las fanfarrias, hasta el olentzero, no sé si lleva mascarilla, no quiero verlo. No es mío, vino después, cuando ese tiempo había pasado. ¿Se acabó ese tiempo? Es otra tarde, la enésima, de navidad de verdad, la que empezó con el gordo, la de tardes largas; y el móvil que suena, hablar, no llorar. 

jueves, 23 de diciembre de 2021

ida y vuelta

¿Hemos llegado?, no sé si llegar es pararse cuando nuestra tierra sigue girando a la vez que continúa su órbita, que alguien diga algo. Andar y contar decía Chaves Nogales, lo suscribo, a veces con silencios, a veces con palabras, siempre mirando, que no falte, no bajar la cabeza, salir corriendo, volver corriendo, a ese niño vuelvo, en camino de ida y vuelta. 

fugaces

Las estrellas fugaces son tan fugaces como las miradas que intercambiamos con desconocidos en la calle. Aquellas caen de las iluminaciones navideñas, desaparecen y vuelta a empezar. Las miradas se olvidan pasados unos cuantos metros.

El garaje de la cuesta roja necesita una mano de pintura. 


Tacones lejanos, una película que me gustó. Ahora oigo tacones cercanos, y no me gusta.


El trajín, las compras, las cenas, las comidas, o cómo continuar con las costumbres navideñas en tiempo de pandemia. No deja de ser una lucha contra la adversidad un tanto absurda y bastante ridícula. 

lunes, 20 de diciembre de 2021

medici

Los señores de Florencia en novela gráfica. Intrigas, batallas, corrupciones, territorios convulsos, donde a pesar de todo brillan los artistas, apoyados por esos señores, tiempo de Renacimiento artístico, todo bajo la sombra de los Papas de Roma. Para hacerse una idea de quiénes eran y de lo que significaron en la historia de la ciudad. Interesante.

Medici ,integral I. Varios autores. 2017

castañas

Ya conozco al castañero, siempre el mismo. Está apostado de espaldas al fuego de la locomotora que custodia, las manos atrás. Nos mira pasar a los viandantes, y puedo pensar que cada uno de nosotros que no para a comprar sus castañas pueda representar una desilusión momentánea para él.


Vitoria llegó hasta Elorriaga, y quedó a sus puertas dejando edificios, bulevares y paseos. No hay conquista, quizás colonización. La distancia de antaño se recortó. No se movió el pueblo, imposible mover la iglesia, que lleva plantada siglos. El límite lo marca el riachuelo que un día imaginé que podría ser el Duero grabado a vista de dron, eso es lo que hace una tarde oscura y lluviosa.


Cada vez que salgo con mi madre caminamos despacio, muy despacio, el paso lo mas seguro posible, aunque no sea firme. Ella cogida de mi brazo. Ella parece poner sonido al paso con el golpe del bastón en el suelo, suena a metálico. Creo que falta el clamor de una corneta, pero es que la realidad no suele tener banda sonora detrás. Nunca he salido en procesión.

viernes, 17 de diciembre de 2021

luna

Y la luna al campo ilumina débilmente mientras yo oigo sus pasos y ellos los míos, mientras otros callan, pájaros despiertos todavía, que ahora meterán la cabeza debajo del ala, que ya cesaron el canto, que todo es pensamiento y oscuridad a esta hora, que la vimos una vez se fueron los cielos negros, ya no puede crecer más, dijo alguien. Callamos todos sabiendo que es verdad, sabiendo que sólo acercándonos a ella podríamos llorar de emoción, lo que hacemos cuando nos ilusiona y nos sorprende pareciendo más cercana. Pero no, no viajaremos hasta ella en cohete espacial, andamos sin más, pensando otra vez en la tierra que dejó de temblar allá donde el volcán pareció agotarse, sin más lava, sin más ríos. No volaremos y seguiremos conversando, y seguiremos bailando, y luego desnudos ocultaremos el rostro, adelantándonos al tiempo que aún no ha llegado.

jueves, 16 de diciembre de 2021

vuelta.8

Nadie las pega ya en el coche, esas pegatinas que antes tapaban casi la luna trasera. Aditamentos para algo nuestro que un día deja de serlo. Lo vemos viejo, ya no suena igual. Nos asusta que nos deje tirados. La estética gobierna esa industria y de paso a nosotros, y lo que ayer era lo más hoy está caduco. Las formas eran cuadradas, hoy son redondas, mañana no se sabe. Y de repente un día nos vemos dejando al viejo auto a un lado y veinte minutos más tarde estamos aspirando el olor ese a nuevo, olvidamos rápido. También es signo de progreso o de que las cosas no nos van mal, podemos permitírnoslo. Puedo y lo demuestro, cambio de coche. Que se joda el vecino que nunca salió del cuatro latas. Total, para lo que se mueve. Ostentación. Al principio lo lavas, los antiguos le daban hasta cera. Luego lo olvidas. Luego esperas a que llueva, y así en ciclo que se repite hasta que un día descubres que la ilusión por cambiar, o por estrenar, ya no es la misma. Se encienden las alarmas, se apagan los sentidos. Se sosiega el espíritu, se serena el alma. Y ves a alguien a quien te parecerás en unos años, con gesto cansado y andar pesado, aparcar o circular en vehículos que chocan a los sentidos porque su tiempo acabó. Pero aún transitan, despacio, como quién lo conduce. La chatarra puede esperar. 


Quintín

Quintín García Róelas regresa a Córdoba tras unos años de educación en Inglaterra. Y en Córdoba descubre otro mundo, al que se lanza. Mil aventuras se suceden, con bandoleros, amores, vidas cruzadas, todo con la revolución de 1868, la que destrona a Isabel II, como telón de fondo.


La feria de los discretos. 1905. Pío Baroja

sábado, 11 de diciembre de 2021

directo

Luces, sonidos, calles que se llenan, las compras de muchos, nuestro paseo, el que nos lleva a pararnos ante los músicos que hacen corro, hay tímidos aplausos, también silencios, alguna emoción, la que aparece cuando llega Pachelbel, siempre al rescate. Muchos graban, ¿qué hace la gente con los vídeos del Canon? Me pregunto si lo vuelven a ver, y si entonces lloran, o se rompen, si gritan, si ríen o si hacen el amor. Y sin respuesta nos vamos a la Venencia, la que podría aportar un decorado de película antigua, la que mantiene su esencia o su alma, en paredes sin pintar, con sus mesas trilladas. Será también que dicha alma se alimenta con las palabras de los que allí departen y pasan unos minutos de sus vidas. Seguimos camino de Casa Manolo, donde a las croquetas no se las llevó la pandemia y retornamos al Lara donde Ana Corbel pone voz y sentimiento, todo lo pone, y Chico Pérez acompaña al piano. Entre colores y sombras suena la copla, la de siempre, y una vez más la música en directo se convierte en algo mágico, difícil de superar, en eso que traspasa corazones.

mancha

Frío y mucho viento en las planicies de la Mancha. Sonidos, silbidos del aire, olores de campo. Las aspas de los molinos no se mueven, todos blancos, con nombre, alguno con franja azul, mientras, una figura del Quijote soporta los embates sin pasar frío. Es un alto, una colina, alguien acertó con la ubicación para los gigantes; a su lado el Castillo de la Muela, escenario de conquistas y reconquistas tras asedios de hambre y sed. El viento que nos mueve. Bonito el perfil allá en lo alto, recuerdos de similares vistas desde la ventanilla de un coche. Ya en Consuegra el cauce está seco y la vida diaria no llena las calles. Alrededor hay poco color, vides y campos de olivos, sólo el cereal deja restos amarillos. Rectas y pueblos desperdigados. 

Preciosa la plaza de Tembleque, con soportales y doble balconada, y con ornamentos florales y cruces de Malta aportando color. Y en Ocaña otra plaza Mayor, enorme, más clásica; descubro con asombro dos placas blancas con letras rojas que incumplen la ley de memoria histórica, algo tendrá que decir el consistorio. Comemos en Palio, amabilidad y buenos alimentos, para después emprender la vuelta a la gran ciudad.

martes, 7 de diciembre de 2021

arlequín

Comentarios, ensayos, artículos, pequeños textos.  Disfruto con su lectura. Hay escepticismo, rebeldía, disconformidad, críticas a la prensa y a la especie política que ya era más representación que ser. Avanzado cuando pide que se tenga en cuenta a la mujer, que pueda existir el divorcio. Proclama la necesidad de ser libres para pensar. Impactante “la condenada forma”. 

El tablado de Arlequín. 1904. Pío Baroja

lunes, 6 de diciembre de 2021

piedras

Hay líneas en tu cara, que nacen en algún punto y la surcan, son breves, tan irregulares como algunos de los latidos de mi corazón, los que se anticipan. Hay esta mañana nieblas allá arriba, montañas incompletas a medio dibujar. Hay piedras en Segovia, infinidad, ordenadas, las que crearon un Acueducto majestuoso, el que seguimos hasta que se lo traga la tierra, las que levantaron iglesias donde la gloria viene del suelo, donde las esculturas permanecen, ayer y siempre. Hay un Alcazar que parece de cuento o de juguete de Exin castillos, y un señor con sombrero y traje de verano que nos mira a través de la cámara que lo inmortalizó una mañana lejana. Los turistas andamos y las piedras tuercen nuestros pasos, se perdió el miedo al virus, se compra lotería, se sueña. Luego llega la oscuridad, la lluvia fina que cae insistente, tus líneas que se difuminan y mis latidos que se extravían entre tus manos.

domingo, 5 de diciembre de 2021

soldados

Apabullante el final, las palabras desbordan y con ellas salen las emociones. El placer de leer a veces es único. Un libro para recordar y para recomendar.


Soldados de Salamina. Javier Cercas. 2001

viernes, 3 de diciembre de 2021

cristales

Con mis gafas de cristales de color azul puedo ver fotos antiguas en escenarios que todavía existen, son nuestros reflejos de entonces, de los años que nunca desaparecerán, veo también las sillas ocupadas por los mayores, que están sentados, que toman café después de pedirlo, que hablan, ríen y callan. Veo también la navidad en el aire, que ya parece agotada antes de empezar; sabiendo que siempre acaba el mismo día algunos se empeñan en adelantar el comienzo, demasiado pronto, fuera de mes, fuera de todo, demasiado color, y con tanta luz que podría cegarme si no fuera por el color azul.

vuelta.7

 Hubo tiempos en los que el atajo nos metía por parajes siempre nocturnos, poco o nada iluminados, todo para esquivar la espera infinita. Alrededores de El Berrueco y riscos recortados sobre un azul a veces estrellado. Nunca se sabe si se acierta tomando el atajo o escogiendo un carril u otro, o tomando el adicional. Te fijas algún vehículo como referencia y cuando quieres acordarte te has olvidado. Es como la vida, no se puede repetir el camino y probar. Elegir es la opción. Mirar el reloj. Llevamos tantas horas, puede ser día de record. Siempre los hubo, para poco o para mucho. Qué manía con batirlos. Al volante es peligroso. Mejor que sea mucho y llegar. Sanos y salvos. Papá no corras, decían los coches de antes. Y se ponían las fotos de ella y de los niños. También había rosarios o una Virgen o un Cristo, todo colgando del retrovisor. Y estampas de todos los santos. A algún taxi le faltaba salpicadero para tanta devoción. También muñecos, peluches y bichos de todo pelaje. Algunos movían la cabeza en la parte de atrás. Molestar al conductor y despistar al de detrás, doble función. Todo eso pasaba antes que tener perro de verdad se pusiera de moda y hubiera que llevarlo también de viaje para ver asomar la cabeza de un bicho enorme por la ventanilla. Te mira, no sé lo que ve. También Elvis movía la cadera, o el Fary en versión mas patria. Aquel cantaba King of the road. Las dejó hace tiempo. Lástima que Elvis no esté vivo. Eso suena a canción. 


miércoles, 1 de diciembre de 2021

colmena

Novela coral, retrato de la posguerra en España, dura, escueta, repleta de personajes, de vecinos, de amores y engaños, de personales que se miran en el café, que viven y malviven.


La colmena. Camilo José Cela. 1950

domingo, 28 de noviembre de 2021

retrato

Libro difícil, de infancia y adolescencia, dicen que con tintes autobiográficos del escritor irlandés. La religión, omnipresente, el pecado acechando. Una primera parte que deja algunas perlas deja paso a páginas complicadas. Pareciera que la escritura se extendió en el tiempo, que se perdieron las referencias iniciales y que la persona que terminó la novela ya no era la misma que la que la comenzó.

Retrato del artista adolescente. James Joyce.1914

nieve

Errando por calles mientras cae la nieve, pisando los restos, pisando charcos, metiéndome en ellos, hablando con Arwen, que no contesta. Nombre de borrasca, pero nada más, bonito trabajo bautizar temporales, los que simplemente dejan caer los copos, incontables, de un cielo blanquecino, agitando todo, para que no olvidemos que la naturaleza es todo y todo lo transforma, esculturas que ahora tienen el pelo blanco, caballos que corren, agitados, niños que juegan, sorprendidos, muñecos de boca sonriente, árboles hermosos, inclinados, reflejos y contrastes, los verdes más verdes y los blancos más puros.

jueves, 25 de noviembre de 2021

vuelta.6

Solo se siente satisfecho quien no sueña demasiado. Eso dice un cartel a la entrada del bar. No estaba antes. Me he pasado la vida soñando, es gratis y es deseable. Quizás sea infantil. Qué es la vida sino una huida constante para no crecer. Es el Hotel Mavi, al que se llegaba después de dejar ahí al lado el Pico de la Miel. Es La Cabrera, provincia de Madrid. No está en mi memoria de antaño. Por qué no veía yo esa montaña, tan grande como es. Quizás yo llegara dormido o adormilado o soñando. Para pasar la tarde y después cenar, consomé y tortilla francesa, tras cristaleras que hoy albergan un gimnasio. Sueños en cama de parada intermedia, de alto en el camino, que aún queda camino. Niño entre sábanas, ajeno a todo en coche de verano.


miércoles, 24 de noviembre de 2021

Zaragoza

Quieres andar, como pregunta, a ella, que está en la silla. Un retazo de vida, hay tantos en tan poco espacio, el que da un puente de piedra, momentos plasmados en fotos, selfies, muchos con vistas de la basílica. Hay cuanto esperas encontrar. Me marché antes de ver si ella se levantaba, también antes de que alguien arregle esa terraza abandonada, ideal para que pudiera tener vida otra vez, y caminando pude ver una ciudad deslavazada en alturas con esa mezcla de bloques que sobran o que faltan. Ayudará el día gris a ver todo distinto, incluso al río, calmado; pero los blancos del vestido de la novia no dejan de brillar y también queda la emoción y la mucha devoción para ver a la pequeña Virgen en en el pilar. Se reza, se hace el silencio. Fuera hay terrazas con quemadores que dan lo que el sol no da, se pasa el sábado rodeado de gente, con comida y bebida, el frío no importa. Vuelvo a la de antes, a la no habitada, la que también tenía la persiana extendida, nadie la subirá. Como el telón que tampoco sube ya, eran de color rojo y cuando dejaban libre la pantalla empezaba la película. Hoy hay fundido en negro en la sala y se proyecta el buen patrón, qué buena película, qué de todo tiene. Aparte de eso vemos un retablo bonito y una colección de tapices magnífica, es la Catedral, a la sombra del Pilar. Y luego un tubo repleto de bares y un río oscuro, que ya la luz no está, con Goyas de mentira que homenajean al verdadero. Y esa noche trae distancia con el día, y hay más tarde un despertar para escribir en piel. Y qué más hay, un gran museo de la ciudad, un sol que buscamos, los cantos de una misa que termina, deportistas y caminantes que ven a izquierda o derecha las aguas. Y un cantante, que bebe a sorbos, que canta Granada, al que aplaudimos, y que acerca su mano a su corazón, una forma de agradecimiento; que seguimos, que nos vamos.

viernes, 19 de noviembre de 2021

vuelta.5

Somosierra es nieve y luchas. Batallas por la independencia y ermita en lo alto. Franceses que suben y españoles que resisten. Con aliados en uno u otro bando. Puerto no muy alto, no aparatoso, pero puerto. Parece que la meseta empieza después. Llanura que no se abarca. También es cascada, nace el río Duratón, hermosa en Invierno y Primavera, triste en verano. Da para excursión y para no cansarse del murmullo del agua que brota sin fin. También son colas y caravanas. Las luces rojas subiendo, procesión en domingo, vuelta a casa. Todos despacio. Parados. Luces que se hacen mas luminosas o no. Festival que no se acaba. Mal síntoma que empiece la caravana ahí. Palabra que me recuerda al Oeste. Las carretas llevan motor ahora y no hay indios merodeando. Menos mal. Pero aquellas avanzaban más. Nosotros parados, sin hacer círculo. Algunos hasta salen a mear. Otros bostezan. Alguno resbala al salir. Hielo en arcén. Cuidado. Los más nos acordamos de algo o alguien. Y hacemos votos de no volver a salir otro fin de semana así. Las paradas me enfadan, me enervan. Votos que nunca se cumplen. Bocadillo en el coche. Olor a salchichón o jamón. Ese olor tardará en irse. Las migas se jubilan con el coche


puente

Lugares comunes, jugar con el vértigo, es un puente que crucé, todavía lo cruzo y seguro que lo cruzaré. A veces sin mirar, otras consciente de todo, sabiendo. A lo lejos algo, alguien, más allá olas, que se aproximan, quiero verlas. Vienen a caer, a explotar aquí, cada una distinta, como los rostros de cada día en la ciudad de siempre.

jueves, 18 de noviembre de 2021

destino

Novela ambientada en los últimos meses de la Primera Guerra Mundial. Un capitán es destinado al frente francés para informar del estado del Cuerpo Expedicionario Portugués y de lo que puede ser mejorado en un futuro. La atrocidad, las trincheras, la muerte, todo irá en los informes, todo lo que los gobernantes no quieren escuchar. Interesante narración.


O destino do Capitao Blanc. Sergio Luis de Carvalho. 2009

sábado, 13 de noviembre de 2021

miserables

Quizás no haya nada mejor que decir de una obra que hay que leerla, que no se puede dejar de lado, que aunque se agolpen las páginas, enorme su número, la historia sigue, se retuerce, vuelve, no deja insatisfecho. Y es que hay de todo en sus líneas, y por encima de eso hay un personaje inolvidable, Jean Valjean.

Los miserables. Víctor Hugo. 1862

viernes, 12 de noviembre de 2021

ajena

Así, pequeño, con las letras y las notas, que suenan, así me siento, todo lo llenan, todo mientras ahí afuera todo o mucho es caos. Y un poco de paz, novedad, y un poco de nada, alegría momentánea, todo por cantar, por acompañar, por estar sin más, sin esperar ni pensar.

Y les veo ocultarse tras la máscara, terrorífica o no, con sangre falsa, hay fiestas de naranja y negro y rojo, con colores y sustos, con miedo de mentira. Ella no asoma más que los ojos, él asoma los suyos. 

El niño de la mano, la madre le dice que a veces las cosas se rompen, que los espejos se agrietan y entonces nos vemos rasgados. Eso puede dar más miedo, piensan ambos, no lo dicen.


Como tampoco hablan los habitantes de los tiempos de esperanzas, qué hacemos aparte de estar, mirar y sentir.

Revolvernos en la cama, dejar de soñar para despertar y escuchar sonidos que llegan, que se desvanecen. Luego ruidos, luego certezas, también cantos.


Mientras, ella, ajena, y con las piernas ocultas por velos arremete con todo, explota, puede, es voluntad, son ganas, es su juventud.

martes, 9 de noviembre de 2021

vuelta.4

 ¿Cómo era él? ¿Y como soy yo? Surcando los paisajes desnudos de progreso, polvorientos, ajenos a lo que vendrá, a lo que llegó. Los vivos, no rechistan. ¿Y cuando llegaron las vidas? Hay que salvar el Gromajón, pintada. Tras la ventanilla ella, sola, mueve los labios, canta o habla, cantará las canciones de ahora, de su vida, el piano, sólo. Y se hace muchas preguntas, todas y ninguna, guarda silencio. Páginas en blanco, quiere imaginar todo lo que le prometen. Y si cierra los ojos, no lo hagas, no olvides que conduces, sólo ve a su madre que le mira y sonríe. Si fuera primavera vería algún árbol aislado en flor. 

Y nuestro viajero no se imagina como Dios puso todo ahí, tú aquí, tú allá, un orden desordenado que le asusta. Mira sus manos y ve las ovejas. Las manos que se mueven, las ovejas, gobernadas, pastan. No conoce nada. Habla con el pastor, hosco, taciturno, Dios esté contigo, hermano. Y si el pastor no le conociera, a Dios, y si nunca hubiera oído hablar de él, y si no supiera de la otra vida…

Y el monte se quemó, y luego años después sólo yo sé que ahí hubo un páramo negro que ascendía la colina. La vida surgió de nuevo, es tiempo. Amenazador el frente, alturas que tocan el cielo. En esas nubes se esconde el agua, pero su color es oscuro, diabólico. ¿Por dónde cruzarías tú? ¿Y tú me lo preguntas? Jose Moreno vuelve, subir, diez grados, salvar la vaguada. Agua, todo encaja. Nos guía, hermano. Pasado el peligro se abre la luz. Y Moreno lo borda, “no la ves aún, pero llega”. Estación deprimida, fascinante. Avería triangulada. ¿Cómo se hacen los caminos? Los hacemos todos, que se lo pregunten al poeta. Todo se aclara, se filtran rayos, luces que nacen en las nubes, ¿será hermoso la palabra adecuada? Esa tierra que se extiende, y el horizonte no encuentra montañas. Nada, ni colina, ni mota. ¿Dónde acabará esa tierra? ¿Qué haremos el día del Señor? Descansar hermano. No, ahora no, ahora la gente viaja.


domingo, 31 de octubre de 2021

cuentos

Libro póstumo, de cuentos recopilados, algunos inéditos, imaginativos; destaco Una señorita de Barcelona, precioso.


La ciudad de vapor. Todos los cuentos. Carlos Ruiz Zafón. 2020

caminante

Para el caminante, esta mañana, la ciudad parece casi desierta. No olvidada por la lluvia, por los restos de fiesta, por los vasos olvidados y por los miles de hojas, nuevas o viejas que alfombran el cemento. No olvidada por las flores que alguien llevará al camposanto, recuerdo y olvido. Lleva dos bolsas y descubre que su soledad no es única, ya hay alguien que pide, ya hay alguien que pasea, alguien que sonríe sólo, con esa sonrisa no compartida que acompaña a una mirada que ve lo que el resto nunca veremos, la mueca de los que si estuvieron ya no están; y hay otros que apagan la mañana delante del móvil que le pone en contacto con un mundo que no le habla. 

Y si el caminante busca alojamiento quizás haya visto el cartel que anuncia la pensión y que pone palabras a lo que debería convencer al viajero, tv, teléfono, hilo musical y caja fuerte. Y el viajero, que todavía está bajo el influjo de las traviesas de las vías, y que no quiere más estímulos, sólo da por buena la caja fuerte, él que tantas cosas perdió en vida, piensa que una caja sería un buen lugar para guardar su alma, a buen recaudo, mientras sigue viviendo.

repetición

Mismo de todo, repitiendo calles, miradas, imágenes de lo que vendrá, imaginando, caminando, de día, luego de noche, ya sin cielo. Sentadas, de pie, hablan, cuentan, ríen, se dan las manos, se entienden a veces, se enfadan, piden perdón, lloran, vuelven a reír, otra sonrisa, luego se acercan a la corriente, corren, chillan, saltan, los brazos agitados, todo el cuerpo, parecerán locas a ojos de algunos. Ya solas, envueltas en un silencio que no es tal, escuchan, se escuchan, se sueñan, se ocultan bajo la sábana, que será blanca, y ya rendidas vuelan, una de ellas se moja los pies, es una ola, una tras otra llegan, las aguas nuevas y las demás, vamos juntas, es lo que dice alguien a gritos, toda ella asustada, feliz, el reloj cambia, las manecillas vuelven a un punto que ya pasó, se repite la ola, la primera de siempre, se repite un gesto, se suceden muchas más cosas, se viven los sesenta minutos de antes.

pascual

Concisa, breve e intensa, un sumario de vida difícil. Me gusta el lenguaje, la forma. Quizás sea una de las grandes obras de nuestra literatura, una de esas que se va olvidando.

La familia de Pascual Duarte. Camilo Jose Cela. 1942

sábado, 30 de octubre de 2021

naturalista

Palabras deliciosas, teñidas de esperanza e ilusión, a veces vana, amor que viene y va. 

Los cuadernos del naturalista. Gustavo Martin Garzo. 1997

voz

Emocionante, triste, dura. La España de posguerra en cárceles de mujeres y en luchas clandestinas. Los que perdieron sufren y se revuelven. Mujeres protagonistas, esperando y compartiendo su vida. Todos esperan, todos sufren.


La voz dormida. Dulce Chacón. 2002

domingo, 24 de octubre de 2021

crepuscular

Primeras batallas, frente escandinavo, lucha en el mar, calma tensa, esperando el golpe. El libro acaba cuando Alemania ataca a Holanda y a Bélgica, y Churchill es nombrado Primer Ministro, es el 10 de Mayo de 1940.

La segunda guerra mundial. La guerra crepuscular. Sir Winston Churchill. 1948

níjar

Algo más que un libro de viajes, o mejor dicho, el viaje como pretexto, es un retrato de la España antigua y pobre, de esos pueblos almerienses, de sus gentes, abandonados a la buena de Dios.

Campos de Níjar. Juan Goytisolo. 1960

tatiana

Comienzo angustioso. Se va suavizando dentro del tono duro. Surge algo diferente, crece, como crece la emoción que convierte este relato en algo inolvidable.

El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes. Tatiana Tibuleac. 2016

conformista

Magnífica, narración sin adornos. Me siento atraído desde el primer minuto por la historia y por cómo se cuenta.

El conformista. Alberto Moravia. 1951

lisboa en septiembre de 2021.3

Tambores en la tarde, el río entre árboles, ahí al lado; también se vende y se compra en el mercado de Santa Clara, la pasión por lo viejo, las mismas pasiones de siempre. En Belem luce el día, esplendido, la gente se desperdiga por la orilla, la bici cansa aunque lleve motor y a veces el ritmo se confunde, un palo antes de tiempo.

viernes, 22 de octubre de 2021

vuelta.3

 ¿Y si alguien con hábitos viajara en tiempos pretéritos, camino a la capital, por los caminos de entonces? Si hago de cronista de alguien desconocido, ¿llegaría a conocerle? El Alisa, desgastado por la vida. El Arlanza, rodeado de árboles. Pueblos que no se atravesaban. Vamos a llegar a la llanura de la estación de tren. Escasa, pequeña, su silueta, pero reconocible. Sobreestimé la imagen. Idealicé la vista. No es cierto. Allí donde las puertas se hacen transparentes se puede ser feliz. 

Y el viajero oye, le llega el silbido, un viento que debía de amenazar con llevárselo todo. Ellos que no sabían que algún día volaríamos, pero podían ver a los pájaros  desafiando los abismos. Y ese viento podía traer agua y frío. Un árbol caído podía interrumpir el camino y entonces hacerse preguntas, esquivarlo, seguir, es de noche. ¿Durmió alguien aquí entonces? Hoy las cabinas de los camiones parecen ser suficiente. Sin verlas parecen acogedoras. Esa noche imaginó nuestro caminante cómo sortear todos los obstáculos, arriba las estrellas, que no hablaban. Abajo, hoy, hilos de luz donde se aposentan pequeños pájaros. ¿Y si él viajase sin saber dónde? Y si así se sucedieran las jornadas que llamamos días. En el fondo todos lo hacemos, sin destino. Y la luna menguando o creciendo. Y siempre a la intemperie. Perros sueltos que ladran, lleva un palo para alejarlos. Criaturas de Dios, escucha en su interior, pero los teme. Lo busca en cada hora. Te busco, piensa, quisiera poder dirigirme a ti, sabiendo que estás ahí. Canta el pájaro.

Paula Rojo también canta y levanta el espíritu. Un banjo de fondo, poner imagen, adorar santos. 


jueves, 21 de octubre de 2021

lisboa en septiembre de 2021.2

No es por casualidad que se formen olas en el Tajo en su final, sí es por casualidad que en el metro coincidamos con alguien que estuvo trabajando en Vitoria, en las obras de la plaza de toros y en otras construcciones, ahora parece que la vida no le sonríe. No es por casualidad que los pájaros se mezan, que las gotas casi nos alcancen, no es por casualidad que volvamos a Santo Domingo, la iglesia más bonita de la ciudad.

domingo, 17 de octubre de 2021

sesimbra

En Sesimbra el océano se ha convertido hoy en balsa, un  ligero y tímido rumor de olas sin altura, nada más. Todo es casi silencio en la pequeña bahía rodeada por montañas, con castillo, acantilado y empinadas cuestas. La playa se llama California, lejana. Hay empresas de buceo y buceadores en el puerto de mar, hay trasiego de pesca y faro colorido que alcanzamos. Barcos nuevos y otros que envejecieron. Los mayores andan y las aves del mar miran.

animales

Un día de estos que mi yo quiera estar sólo saldré a pasear y veré animales pintados en colores verdes y azules anunciando su presencia, que no siempre es cierta, no veré el toro negro, si veré al gato que me mira con recelo, quizás quiera caricias, también veré al caracol que saldrá tras la lluvia y con el sol, que dejará rastro, que por un momento pensaré en pisarlo, que no lo haré porque sé lo que le sucedería y no sé lo que pasaría dentro de mí si lo hiciera. Oiré pájaros, más que verlos, veré los árboles que plantaron, crecen aunque estén todavía lejos de dar sombra. Tampoco las nubes la darán, se alejarán tras las lluvias, como los aviones que acaben de despegar. Y dentro de ellos se irán los sueños. Lo veré dos veces, un cartel que dice, frena tu ego, hablaré conmigo mismo, caminaré de vuelta.

viernes, 15 de octubre de 2021

caparica.6

Se vuelve loca la arena, llevada o mecida, arrastrada, en volandas, hoy de aquí, luego de allá, golpea tobillos y piernas, quita y pone, dunas cambiantes, relieves que parecen hechos a propósito, formas caprichosas dentro de la anarquía.

reja

Ella sentada, mirando a través de la reja que le separa del otro lado. Ahora recibe la visita de alguien que permanece de pie, ocultando una parte de ella, y él se mueve, inquieto, así que ella me llega por partes. A veces veo su cabeza que gira hacia él, pero no habla, a veces no la veo, perdida en sus intermitencias. Y ella con las rodillas juntas, abrazadas por sus brazos, y ella que parece querer descansar, su cabeza que se vence, y ella mirando lo que se ve al otro lado, que no es sino el fondo azul de las aguas. Y yo me pregunto si ella escucha.

sender

Libro corto, intenso y triste. Lo que trae la guerra, y la impotencia de los vivos para salvar a los muertos. Un clásico.

Réquiem por un campesino español. Ramón J. Sender. 1950

martes, 12 de octubre de 2021

labraz

En territorio de la antigua Cantabria dice el autor que se desarrolla la acción. Todo apunta al territorio de Álava. Ahí se entremezclan pasiones y costumbres, todo bajo la mirada de las instituciones y de la Iglesia. Múltiples personajes y espectadores tejen una novela entretenida.

El mayorazgo de Labraz. 1903. Pío Baroja.

amable

El hombre de pasos cortos, que se marcha y no vuelve, amable, risueño, fiel a sus costumbres, solícito; el hombre que avanza por la calle, bolsas en la mano, que deja un hueco. Que saluda y siente, que ocupa su banco, que mira y no entiende, que ve y se acuerda. Que todo se vino, de repente, que todo se ha ido, sin quererlo.

lisboa en septiembre de 2021.1

¡Ay las cuestas!, de subidas imposibles, de tranvías inclinados, frenados, todo para ver miradores que abren nuevas vistas a una ciudad que despierta con aire de domingo, con campanas lejanas, con rumores de algo, con pintadas, con casas que ya nunca serán, con comercios que un día brillaron en neones y que hoy aparecen apagados, con parejas que se abrazan o besan, depende del pudor, con solitarios que cavilan, todos en la búsqueda incesante. Yo me siento en un banco que tiene la poesía grabada sobre madera, para que no se pierdan las palabras bonitas.

lunes, 11 de octubre de 2021

caparica.5

Puesta de sol o ver cómo baja y desaparece, engullido por el océano, y todos parados, somos sombras negras. Todavía quedará algo de luz, luces, plural, que se resiste el día, las que hacen soñar con colores imposibles. Al rato la oscuridad y alguna estrella no conocida que aspira a sentirse encendida, sin más intención que ser vista, humilde.

sábado, 9 de octubre de 2021

caparica.4

El aire grabado y luego reproducido no es igual al que yo oí. Parece amplificado, parece irreal, no parece aire.


Es el mismo sol que ven, que vemos, aunque estemos lejos, es la misma hora mágica para todos, donde no sucede nada extraordinario, donde sólo cambia la tonalidad de las pieles y de los cuerpos enlazados en la arena, todo eso mientras siguen volando, incansables, y yo me pregunto que dónde mueren las gaviotas.

viernes, 8 de octubre de 2021

volcán

Volcán en La Palma, o cómo ver en directo a la tierra revolverse, destrucción y creación, todo en rojo y negro, o cómo ver lo que pasó hace millones de años, lo que pasa y pasará. Sin normas, sin ataduras, ejemplo de anarquía, y nosotros atónitos, llenos de preguntas, y pequeños, con los ojos grandes, mirando. ¿Vendrán las respuestas? ¿Será mañana viendo la puesta de sol? ¿O será otro día, anclado en la silla? ¿O será una noche a la luz de esa farola que casi no me llega? Me abandono a la vida incontrolable.

paradox

Disparatada, loca, llena de personajes curiosos que giran alrededor del protagonista Paradox. Ambientada en Pamplona y sobre todo en Madrid, desfilan infancia, juventud y madurez, inventos y revistas, miserias y ganas de escapar. Novela entretenida y divertida.

Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox. Pío Baroja. 1901.

caparica.3

Fundirse para dejar de ser dos. Un cauce ensanchado, ya no de río, y un océano sin límites que recibe las aguas dulces, vidas mezcladas, salitre en las rocas y vuelo sin motor de ave solitaria. Casas juntas, ¿pueblo?, Cova do Vapor, donde la arena se cuela por cada rincón y lo destartalado convive con lo otro. Y tres perros que ladran, no correr. Y un mensaje, nunca dejes de soñar.

martes, 5 de octubre de 2021

caparica.2

Su nariz sin curva baja desde la frente, parece mayor, en cuerpo de niña. Algún día alguien la retratará.


No suspires, porque el viento nunca cesará ni el movimiento se detendrá, ni el sonido cesará. Y si no es eso, explícame el por qué tus párpados caen a la vez.


El comandante dirá que el océano se acaba aquí y que a continuación empieza la tierra de Portugal. Los pasajeros verán puntos móviles o no, dispersos, que juegan, sueñan y hasta leen; hasta pueden casi llorar con las letras que junta Tatiana Tibuleac.

vuelta.2

Desvío a Briviesca, Belorado y Oña, cada uno tiene su historia, algo de mí en cada sitio. Un bus verde que resulta familiar, suena a Madrid. Fardos de paja que forman construcciones que se inclinan, no durarán lo que Pisa. Sueño, será el cambio de hora. Los biorritmos alterados. Autopista que deshabita el paisaje, vida vegetal y geológica en estratos que asoman tras las voladuras. Caminos que salen o vienen, serán de parcelaria. El color se vuelve ocre, se ocultó. Pueblos a la derecha, a la vera de pequeños montes. Subimos la Brújula, un puerto,  aparcados están los locales enormes, abandonados. Parecía alta la montaña cuando nevaba. El viento sigue moviéndolos, el caballero los hubiera embestido, todo para perder el equilibrio. Son molinos pero también son gigantes. Camiones en paralelo. Letras como Olae, Hope, y una cara pintada. Lleva mucho tiempo ahí. Nunca vi la cara, hasta hoy. El hotel que siempre parece vacío. 

Agujas en la lejanía. Humo blanco y chimeneas rojiblancas, aún en Domingo. No hay carrusel deportivo ni gol en las Gaunas, tiempos de fútbol a la misma hora, con pitidos que anuncian goles. Los chalets se abandonaron y las persianas, oscuras, son lienzos ahora. Desde aquí la naturaleza gana en altura a la obra del hombre. Circunvalamos Burgos, ver en la lejanía. El mojón marca 236. Otro polígono, lleno y vacío a la vez. Con asadores de otro tiempo. El viento que mueve banderas, a mí no me llega. Adormecido, tranquilo. No conduzco, me llevan, me dejo llevar, sol esquivo que al aparecer parece implacable, preludio de astenia primaveral. Escuchar novedades musicales que no me llegan, no me despiertan. LV y PL en matrículas de camiones que viajan. Granjas abandonadas, de cristales rotos, inexistentes. Un toro de Osborne. Había una pequeña área de descanso que no veo ahora. O la pasé o desapareció. Se la tragó el tiempo. Se vende suelo industrial, 30.000 metros cuadrados. Se vende perdiz roja, y morcilla. Hotel y sartén, solitario o cerrado. Portería sola, sin goles ni cancerbero. Capicúa, 212 a Madrid. Subo el volumen para que me llegue algo. 


sábado, 2 de octubre de 2021

caparica.1

Puntos en el mar, de humanos y de gaviotas, de blanco las aves, puede que pesquen, aquellos de negro, envueltos en neopreno, esperando la ola, esa que cuando llega les hace remar para luego buscar la verticalidad, cabalgar y caer confundidos en la espuma. Todavía no podemos volar y a vista de dron vivir. Nos conformamos con andar, correr, pedalear, surfear ,dejando el mar a izquierda o derecha, dejando los sentidos volar.


Algunos surfistas se embadurnan la cara de blanco, mimos con brazos y piernas que gesticulan sin aplausos. Sus caras, puedo suponer, expresan miedo, alegría, esperanza, resignación, y vuelta a empezar.

viernes, 1 de octubre de 2021

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Y en pocas palabras, o en muchas, que forman frases largas o cortas diré que en Viena hay muchos cafés, llenos, que se respetan los semáforos por parte de los peatones, sorprendente, que el perro parece una especie en extinción, que no se admiten en muchos sitios, incluidos algunos parques, que hay terrazas por doquier, que los niños juegan a la salida del colegio, que hay gente diversa, idiomas varios, turistas, plazas con encanto, escasas cuestas, muchas bicis y runners, velos y turbantes, un metro cómodo y rápido, autobuses y tranvías que contribuyen a unir todo, gente que trabaja y gente que mira, limpieza en general, patios interiores, muchos pasajes, que comunican calles y vidas, que la ciudad tiene algo que la hace atractiva y que rebosa de vitalidad.

viena.7

Friedrich Stowasser fue un artista austriaco, diseñador de la casa Hundertwasser, viviendas sociales construidas a primeros de los años ochenta. Algo diferente, formas en fachada, columnas, todo mas curvo, mezclando colores vivos, llamativos a la vista, fuera de la norma. Hoy parece ser visita obligada tal y como se ve en la cantidad de turistas que fotografían el entorno y visitan las tiendas de recuerdos de las proximidades. También hay arte en las orillas del Danubio verde, urbano, lleno de graffitis, dibujos, esculturas, se puede andar, sentarse, pedalear, se puede seguir su curso. 

E inmerso en la temática acabo con el museo de historia del arte, un espectáculo en su interior, en continente y en contenido, pintura, escultura, etc. creo que visita imprescindible en la ciudad. Para mí queda en la memoria.


Y las horas que pasan y se nos van se pueden visualizar en un reloj que muestra personajes de la historia austriaca que se deslizan suavemente y que acumula unos minutos de retraso. Suena la música y los espectadores vemos y escuchamos. 

viena.6

En busca de palacios de invierno, de colinas que se coronan, de fuentes inmensas con Neptuno triunfal, de paseos de tierra, inacabables; en busca de cervatillos que se alejan y se acercan, la mayoría ajenos a nosotros. En busca de un gesto, de un beso, de una sonrisa o una risa. En busca de sombra por la Viena imperial. Y en busca de sueños por el Prater, algodón de azúcar y luces sin ruidos.

jueves, 30 de septiembre de 2021

viena.5

Mercadillo de ciudad, repleto de lugareños y turistas. Se vende hasta lo inservible. También hay comida, especias de bazar oriental, olores desconocidos, comestibles nunca vistos, alimentos ajenos que van conquistando nuestro paladar. Se pasea bajo el calor, se reponen fuerzas. Buscamos después la paz de un cementerio que ya no recibe más cuerpos. Es bosque casi salvaje con caminos que muestran lápidas, o ángeles llorosos, letras y años de otro siglo. Allí un monumento a Mozart, nadie sabe si están sus restos ahí. Y luego otro, más actual, parece una pequeña ciudad, de calles organizadas y limpias, con jardines y grandes panteones y monumentos funerarios. Allí está Beethoven, Schubert y los Strauss, entre otros muchos, su legado sigue sonando. Ya de vuelta vemos carreras, de niños y no tan niños, helicópteros que vigilan y gente y más gente. Luego el glamour de la ópera, en la entrada, trajes largos, en las escaleras, en los intermedios en lujosos salones dedicados a cafetería. Fotos repetidas, inmortalizar momentos. Pero cuando se apaga la luz y se levanta el telón llega la magia. Desde el palco vemos y oímos algo que atrapa. Es Tosca de Puccini. Es la historia, la música y el canto, es un espectáculo, creo que adictivo. Y luego a soñar.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

viena.4

Hay historias que se pierden o difuminan, o se confunden. Dicen que uno de los varios santos llamados Vitalis fue el segundo obispo de Salzburgo, allá por el siglo VIII. Hay textos que refieren que una reliquia de dicho santo se venera en la iglesia de San Ruperto, la más antigua de Viena. Lo que nos cuenta el señor que cuida el pequeño recinto es que el esqueleto vestido en estilo barroco que vemos tras los cristales de una urna corresponde a un soldado romano que se negó a seguir matando cristianos y que recibió el mismo castigo, convirtiéndose en mártir. Añade que vaya usted a saber la realidad. 

Lo que si es real es el contraste con otras iglesias, como la de San Pedro, ampulosa en su interior. También es real la Viena que vemos ahora de otra forma, en un extenso free tour que nos lleva por calles y plazas, desgranando historias y datos de forma amena. Las paradas se suceden y las explicaciones aumentan mientras se nos habla de los emperadores y de sus familias, de Hitler hablando desde ese balcón tras la anexión de Austria, o de los palacios y de las tradiciones. Nos deja deberes la guía en forma de nuevas visitas o de puntos culinarios. No todo se puede hacer. Hay más paseos, suelas gastadas, piernas cansadas, más calles y parques. 

Y fuera del circuito turístico hay vistas desde un piso 35, de 360 grados, aquí las aguas, allá los coches, los aviones, muchas luces, es de noche, y mira, más lejos, esa noria que da vueltas.

viena.3

Viendo la vida pasar en jardines perdidos o enfrente de un palacio, el Belvedere, que resplandece al sol que sigue triunfando dejando los cielos limpios. También sigue el viento que dicen que vuelve loco a las personas. A mí me hipnotiza el suelo donde las sombras de las hojas no paran de moverse, impacientes, os diré que parece una película de cine mudo donde el sonido que viene, que sopla, perdió la sincronía con las imágenes. A la par hay chavales con música y niños en parque infantil. Y las palomas de todas las ciudades, parterres con hojas, y todo moviéndose. Y ahora, en forma de grupo, comemos bajo toldos y buscamos el Danubio, que es azul y luego verde, y es doble con isla en medio, con playa pequeña y hamacas, con puente flotante que nos divierte y con algún aislado valiente que nada las aguas que se mueven. De vuelta al centro sigue el bullicio en terrazas, hay cenas y paraguas colgados del techo que ya no dan sombra.

martes, 28 de septiembre de 2021

estaciones

Una hoja caída y cálida en sus colores da la bienvenida al otoño. Hojas que pudieron soltarse del árbol o de esas estructuras enredadas que quieren colonizar ventanas, que se alejaron unos metros del sol y del cielo, sin gritar en su descenso, hojas que se posaron sin hacer ruido.

viena.2

Las primeras impresiones de una Viena veraniega, monumental en su centro, con vida normal al alejarse, con gente que va y viene, terrazas que aprovechan la buena temperatura, se reúnen, comen y beben. Nos encontramos con él como por azar, comemos al viento y hablamos y andamos. Comercio local, trajes y vestidos para la ópera. Catedral imponente al sol, interior deslumbrante. Se anuncian conciertos, algún canal con poca agua, ¿dónde está el Danubio?, ¿son los hermanos pobres de Alemania? Historia en sus calles, placas de judíos que fueron llevados a los campos de exterminio, estatuas de monarcas, palacios de emperatriz, Sissi, vidas de cuento o no tanto. Los parques y jardines aprovechados por la gente, las casas de patio interior y de escaleras desgastadas, de antiguos WC comunes, de puertas de madera; caballos bien cuidados, en establos céntricos, viven a cuerpo de rey. Viena parece acotada esta tarde, pero será infinita, y la luz bonita de la hora mágica que pasa, desaparece, se va. 

migas

También he andado solo por Lisboa, sin mano que agarrar, sin nadie a mi lado, extraño me siento, incómodo, busco una tapia, no para saltarla sino para rodearla, busco jardines y encuentro penumbra, humedad, cañas, aguas, pequeño salto, hojas, rayos que se filtran, bancos desocupados, esculturas casi invisibles, busco asiento y los encuentro, pero no me decido, dudo, almas solitarias mirando algo, la entrada al museo se me resiste, al fin, no entro, ya lo vi, salgo del laberinto, de ahí a un centro comercial impersonal, vacío de clientes, es pronto. Mi sentido de la orientación en alerta, primitivo, ya no se dejan migas o piedras para volver, miedo a perderme y tener que gritar. De ahí a otras calles, a espacios abiertos con edificios grandes, avenidas, México, Roma, con tallas estilizadas, con iglesia que parece enorme, con vida de ciudad, con librería que visito, y donde conseguimos entendernos a pesar de todo, porque no hay nada como querer hacerlo. Desandar los pasos, con dos libros bajo el brazo, no llevo saco, el sol que subió, yo que bajo, ella que duerme, yo que la despierto.

viena.1

Volar en pandemia sin respetar la distancia de seguridad aunque todos llevemos mascarilla. ¿Para qué guardar distancia en asientos y colas del aeropuerto? Las incongruencias de los que deciden. Hacinados en el avión surcamos aires y cielos, atravesando Europa, destino Viena. Los mismos gestos, los mismos comportamientos de antes de todo esto, las mismas conversaciones, diálogos de avión, de viaje, constreñidos a dos paredes metálicas. Poco a poco, se apaga el entusiasmo de las primeras frases, la novedad ya pasó, quizás hasta los mismos rezos, iguales turbulencias, cielos más llenos, nubes más blancas, almas que subieron, almas que quieren bajar y aterrizar, al menos la mía. Los jóvenes van a estudiar, los adultos a trabajar, o de vacaciones, viajamos a pesar de todo, con caras tapadas y pasos nerviosos. Dicen que son los Alpes, no los veo, al comandante casi no se le entiende, y nadie le hace ver los problemas técnicos, luego cambia al inglés, más de lo mismo, parece que escucháramos una radio de válvulas, antigua, perdemos señal, que no altura. Deben ser bonitas las montañas a vista de pájaro, reservadas para ellos. ¿Y cuando bajamos? ¿Dejará de dormir el de cascos, mascarilla mal puesta, tatuaje y pantalones rotos? ¿Se acallarán las voces en tierra? Poco importa, seguiremos jugando al juego de la vida.

viernes, 17 de septiembre de 2021

vuelta.1

Es de día, una hora más. O todas, la luz inundándolo todo. Horario de verano sin ser verano. Florida la Florida, juego de palabras. No es cierto. Llegará el verde, mas tarde. El kiosko se rodea de reyes en su entorno, silencioso y vacío. Nubes que viajan a la nada. Armentia con o sin San Prudencio. Coches a la derecha. Se venden. Padel y radares que antes no existían. Hay ojos que mirar, hay  ojos que sueñan. Pared pintada, no la borren. Una autoestopista, despistada, en el siglo XXI, a pie de salida, en rotonda de Ibaia. El Gorbea, nevado, harinado más bien. Polígono industrial que siempre parece desierto, Santa Engracia, una cocacola para mí, luego club, luego maderas. Ahora leña y una ikurriña ondeando, descolorida. Se acaban los Llanos, industriales. Nunca se llamaron así. Riberas de río. No se ve el agua. Torre de vigía y túnel que salva obstáculos. ¿Dónde está el Ebro? Se atisba a la salida. Allá por la Puebla. Hemos llegado a Treviño. Burgos, Castilla y León. Enclave aislado, rodeado. No se expande ni se comprime. Acceso a la autopista para esquivar Miranda. Por debajo del quitamiedos se ve el río inerte. Crecen las hierbas, comestibles. 

Quizás esas montañas me llamaron. Entre ellas la brecha de Pancorbo. Pájaros que buscan desechos o carroña, canteras, arena por toneladas, adelantar para parar metros mas adelante. Qué absurdo. El desfiladero desde lo alto parece pequeño, abordable, humano. La vía desierta, luego el puente, luego oscuridad, el túnel de Hontoria. Luego el de Barrio, pasamos lo peor. Estamos a la altura de las águilas. En San Nicolás recorremos 155 metros. Luz amplia después y bajamos rodeados de verdes y ocres. Dicen que pueden cruzar animales. ¿Dónde estáis? En los coches. Un proyecto de polígono inacabado, con farolas huérfanas. Recuerde, 120. Se olvidan, nada destacable después. Silencio, el paisaje cambia. A mí me fue cambiando la vida.


lunes, 6 de septiembre de 2021

minutos

En veinte minutos pasan muchas cosas, dentro de una narración que avanza y se detiene, que a veces se centra aunque permanezca siempre abierta, llena de cosas, ocurrente, juvenil, adulta. Y se mezclan respeto con humor, amor con emoción. El primer episodio se llevaba 44 de esos minutos que pasan volando, por lo tanto debería caber algo más del doble de todo eso, pero no, ahí el abanico se agiganta para contar casi un resumen de vida, sencillamente antológico, es lo que me viene a la cabeza con un resto de humedad en mis ojos, serán los lagrimales, que se hacen mayores.

Todo va a ir bien, así es como se llama la serie.

luz

Aprietas la mano de ella, no te vayas. También la miras, deseando ver su rostro de frente, después de verlo de perfil. Sueñas con algo más, sueñas juegos. Y será que ella se soltó, la veo caminar, sin manos enlazadas. Y te veo rumiando reproches, corriendo,  bocanadas de aire, sin saber dónde ir, dónde buscar. Allá arriba rayos, y cercanos los truenos, y gotas que se evaporan antes de alcanzarte, sediento que estás. Todo es pararte y hallar el silencio, sólo tu corazón late, ordenado, el suelo cambió de color, las banderas quieren volar, tú queriendo. Y ella llega a su portal para encender la luz, esa luz que se apagará cuando los segundos se agoten. No la de su alcoba, que le grita y le clama, a la vez que ella se hunde, intrusa al principio, dueña después, en su sueño, ella que cierra su mano, es sólo la imaginación.

camino

Novela de viajes, y también de viaje interior. Escapando de la ciudad de Madrid va el protagonista, recorre sierra, pueblos y otras ciudades, como Segovia y Toledo, buscando sin encontrar. Hay campos amarillos, posadas  y mesones, personajes que se aparecen, hay diálogos y soledad acompañada en carros y vagones de tercera. Hay rebelión contra lo establecido, contra la religión al uso. Todo para al final encontrar un asidero, otro hito en el camino, todo para seguir el viaje, que el recorrido nunca se acaba.

Camino de perfección (pasión mística). Pío Baroja. 1902

jueves, 2 de septiembre de 2021

juegos

Novela larga, de lenguaje buscado, llena de sueños y soñadores. Hay realidad, triste, y sólo la ensoñación pone descaro y, acompañándose de la mentira, crea un mundo diferente, pero que no vale para cambiar el día a día, vida paralela, soñada, que despierta para seguir habitando aquí y ahora, es sólo decorado, humo y fachada; por lo tanto no hay otro posible final, el descarrilamiento y la huida. Notable ejercicio de imaginación.

Juegos de la edad tardía. Luis Landero. 1989

lunes, 30 de agosto de 2021

inciso

Allí calor, aquí no, se van los días ociosos para unos, para otros llegan, también se vienen los colegios, abriendo puertas, niños equipados, las mismas frases, los mismos comentarios. Inciso, (tus ojos eran azules y hablabas de otras cosas mientras te manejabas con tus cosas y yo esperaba), reminiscencias de un mes donde hay gente que sigue escapando de la realidad, sin querer, de sacerdotes que tocan la guitarra, de pasos cortos, de años infinitos, todos sumados, de esperanzas que se callan, se susurran, de ojos vidriosos, de comidas olvidadas. Yo me acuerdo de lo vivido y abro un signo de interrogación. Y cierro volviendo a aquel instante, (ella habla y dice adiós). 

sábado, 28 de agosto de 2021

bucle

Televisiones y radios se repiten, y repiten las noticias, las exclusivas, la publicidad, un bombardeo que nos hace pensar que esto ya lo hemos escuchado o visto. No sé si es por eso que los mayores se repiten en sus palabras, y vuelven a contar lo que ya contaron hace un rato. No sé si es por esto por lo que quedamos adormecidos viviendo vidas que no son nuestras, o viendo tragedias en una carretera de Rusia que nos resultan lejanas, o atendiendo a noticieros que parecen crónicas de sucesos, nada más. Será por eso que nos volvemos insensibles, hastiados de tanta repetición. Es por eso que hoy pensé, tras apartar el visillo, que aunque parezca que el día ya está definido, por las sombras y la ausencia de cielo, no es del todo cierto, todo puede pasar, hasta escapar del bucle infinito.

ida.10

Pero antes de llegar hay que pasar por Briviesca y parar en La Tere y comprar las almendras garrapiñadas, y comerlas antes de llegar o de volver y guardar la caja que sirve para olvidar vaya usted a saber qué.  Y seguir para aventurar que un día entraré a ese pueblo cuyo nombre no recuerdo y pararé allí, en el parking que rodea el restaurante. Es redondo, quizás octogonal. La autovía esquivó al pueblo. No sé si está en servicio. No sé si ni siquiera existe una piedra de todo aquello. Es provincia de Burgos. Desconozco por qué paramos ahí a comer algo. Quizás de vuelta a casa. Lo cierto es que el arroz blanco no se asentó en mi pequeño cuerpo y pasó lo que tenía que pasar. Unos kilómetros antes o después se llega a Pancorbo. Un desfiladero estrecho y donde hoy todavía se circula tan despacio como antes. Los radares tienen la culpa. Hacia arriba montañas enormes, vegetación abajo y un tren que en lo alto atraviesa las montañas horadadas. Son cuatro metros pero parece que el mundo cambiara. Dejamos la llanura inmensa que nos trajo de Burgos. Al otro lado quizás las nubes, aunque estas suelen aparecer un poco mas adelante, en Miranda de Ebro, ahí quizás se haga de noche en pleno día y es que esa frontera parece no ser sólo autonómica sino meteorológica. Se atraviesa el ancho río en ciudad ferroviaria por puente de tráfico lento, hay semáforos. Y enseguida se enfila Vitoria, se va paralelo al río, que también es alavés, por poco tiempo, ahí hubo curvas, peligrosas, con el río como destino en caso de accidente. Los túneles cambiaron todo. Sí, ahora sí, ya llegamos. Hubo un tiempo en que unos amigos vecinos salían a buscarnos, unos kilómetros antes de Vitoria, tras las vacaciones de agosto, y después de los besos yo cambiaba de coche para ir con mis amigos. No sé qué es de su vida, es lo que tiene vivir, todos seguimos avanzando, pero esas rectas, un día paralelas, se van separando mas y más para dejar de verse. Hemos llegado, hemos vuelto, tantas veces que perdí la cuenta. Pero no te demores que siempre se vuelve.


viernes, 27 de agosto de 2021

Terra

Premio Planeta en 2019, diré que los libros de crímenes no son lo mío. Me suelen agotar las pistas falsas y la investigación sin fin, las mil vueltas…pero aquí hay algo más, buena narrativa y otras historias por detrás, quizás más atractivas. En fin, interesante.


Terra alta. Javier Cercas. 2019

martes, 24 de agosto de 2021

suerte

Hacía tiempo que no leía un libro de un tirón, o de dos. Lo merece, atractivo, intenso, emocionante, tierno y duro a la vez. Una forma de narrar reconocible pero no por eso menos agradable. Recomendable.

La buena suerte. Rosa Montero. 2020

lunes, 23 de agosto de 2021

bella

Hay de todo en esta novela, diferente. Hay formas que sorprenden dentro de la amplia extensión, pareciera que sobran páginas en algún momento, pareciera que algunos personajes aparecieron y desaparecieron, literalmente, pero es que el protagonismo se va comprimiendo, encerrado en la pasión. Un libro que atrapa y que no se olvida fácilmente, con algunos pasajes impagables, como ese telegrama de cientos de palabras o como esa soledad que camina por las calles de Paris.


Bella del señor. Albert Cohen. 1968

ruiseñor

Cuentos bonitos, con príncipes y reyes, con animales que hablan, con flores hermosas y con su moraleja. 

El ruiseñor y la rosa. Cuentos. Poemas en prosa. Oscar Wilde. 1888

domingo

Leer en portugués, con dudas al principio, para luego coger carrerilla, avanzar por la prosa plagada de recuerdos, por los pensamientos de Rui, disfrutar de una comida de domingo.

almoço de Domingo. Jose Luis Peixoto. 2021

Águeda

Terminada en Marañón, el 17 de Julio de 1900, se trata de una novela corta, escenificada en diálogos. Se podría titular la niña de Aizgorri, o también Águeda. Todo gira a su alrededor, en torno a su espera, sus miedos y su esperanza. De telón de fondo los conflictos sociales, la emigración y un paisaje verde y lluvioso.

La casa de Aizgorri.  Pío Baroja. 1900

balcones

Miro para arriba y descubro ventanas y balcones que nunca vi, no pasé por ahí. Esas calles no son mías, nunca lo fueron, tampoco aquellas que siempre pateé, aquellas que me llevaban al colegio o al juego, las que podía correr, cruzar, todo menos pasear, los niños no pasean, no conocen esa palabra, no la entienden, cabeza en ebullición. Hoy, sin burbujas, paseo, ahora es verdad, el paso tranquilo, reposado, los mismos ojos, distinta mirada, la piel renovada, nada es mío, nada tengo, pero sigo mirando, siempre encuentro algo, se vende, se alquila, todo eso, persianas cerradas, balcones llenos o abandonados, extraños, pensando que yo ahí no me asomaría, que yo ahí no viviría; y entonces llegué a mi antigua casa, puerta del portal abierta, me dieron ganas de entrar, subir los escalones, tomar el ascensor, salir y llamar al timbre, y decir buenos días, ¿puedo pasar?

domingo, 22 de agosto de 2021

mentira

Parece mentira que esas aguas se acaben convirtiendo en un hermoso e imponente río al que acoge el mar en el lejano Portugal.

Parece mentira que ese avión que está suspendido en los cielos sea capaz de seguir subiendo para alcanzar su destino.


Parece mentira que el amor no pueda con todo.

domingo, 8 de agosto de 2021

baroja

Estamos en 1900 y Baroja publica su primera obra. Cuentos breves ambientados en el norte brumoso, lluvioso, de mar y prados o en el Madrid reconocible en su centro y en ciernes hacia las afueras. Pueblos y ciudad donde aparecen la resignación, el misterio, la piedad, la compasión y la soledad para conformar hogares tristes o errantes casi felices en su camino. Hay escarceos amorosos también, y aparece la crítica social en “conciencias cansadas”. Hay resúmenes escuetos, pulidos, como en “la trapera”. Me gusta su narrativa.

Vidas sombrías. Cuentos. Pío Baroja. 1900

sabbath

Salvaje a veces, alocada, emocionante otras. Sexo a raudales, adulterio, libertad, los padres, la familia, los recuerdos, la infancia, la muerte, la desaparición, una vida que no sabe cómo cerrar. Más de Roth, con momentos mágicos.

El teatro de Sabbath. Philip Roth. 1995

jueves, 5 de agosto de 2021

pobres

Probablemente nunca sabremos la verdad. El club suelta que pese al acuerdo con Messi la liga española le impide la inscripción. Nada más fácil que echar la culpa al otro. Habrá que oír las otras dos versiones. Todo por unos millones de nada. Los que no ganaríamos ni trabajando hasta los 80 ni en 100 vidas. Ojalá esto sirviera para pinchar la enorme burbuja, no pasará. Para los que hemos crecido pegando patadas a balones y pelotas, y rompiendo pantalones, el negocio del fútbol, que no el fútbol, es un insulto. Los mortales, los pobres mortales, quedamos mudos y pobres.

sábado, 31 de julio de 2021

spandau

Ministro de armamento de Hitler, condenado a 20 años de prisión en Nuremberg. El autor narra en su diario esos veinte años.

¿Quién podría resistir 20 años de prisión sin reconocer las propias culpas?, dice el autor. Si leemos sus palabras parece que lo hizo. Si leemos las reacciones a su publicación se habla de lavado de imagen.

Diario de Spandau. Albert Speer. 1975

viernes, 30 de julio de 2021

digital

Y hoy me entero, leyendo un libro de 1900, que la digital es una planta, que alguien pasea por el campo y ve las campanillas purpúreas de dichas herbáceas. Que lo digital es otra cosa.

online

Ese calor nocturno, y diurno, ante el que poco se puede hacer, aparte de esconderse, un grado más, un grado menos, qué más da. Que pasen los días. Todo esto a la par que los Juegos Olímpicos, con su emoción, su juventud y su ausente público. Con esos deportes que dentro de quince días volveremos a olvidar, con horas que no encajan con nuestra vida, que tenemos que dormir y trabajar después, donde la prensa online nos narra al detalle competiciones en las que cada segundo pasa algo, un gol, una canasta, una serie de piscina, otro combate, varios KOs que también a nosotros nos alcanzan,  derrotados por el exceso de información, de datos. No es nuevo, lo rabiosamente online, sea deporte, sea social, sea político, sea lo que sea, mató la calma, la reflexión, la lectura reposada, el visionado consciente y parte de la paciencia y la cordura. 

domingo, 25 de julio de 2021

exiliados

Libro periodístico, a base de crónicas y entrevistas. Son protagonistas algunos de los más de dos millones de exiliados rusos tras la revolución bolchevique y la guerra civil. También ucranianos y georgianos. Pueblan ciudades europeas y en particular Paris. Allí el autor busca y entrevista a artistas, escritores, políticos, militares, personajes de la realeza, duques y duquesas, y traza su nueva vida en unas pocas líneas, a la par que perfila el destino de los desconocidos que pueblan factorías, que con sus manos construyen coches Citroën, o que trabajan la tierra. Todos esperando el fin de la revolución, todos viendo como el fin no llegaba. Magnífico.

Lo que ha quedado del imperio de los zares. Manuel Chaves Nogales. 1931

viernes, 23 de julio de 2021

ida.9

 Hubo un tiempo en que Burgos se atravesaba, Gobierno militar allá, alrededores del Plantío acá, goles radiofónicos. La ciudad era eso y la Catedral otra cosa, esbelta vista desde lejos, imponente de cerca, excelsa en su interior. Pero la ciudad que me llegaba se remitía a esa calle larga con nombre de destino, calle Vitoria. Con casas como todas, con gentes que iban de un lado para otro hasta que todo desaparecía tras una zona industrial, anárquica como todas. Busco esas calles ahora, también una estación de autobuses redonda que mas parecía un coso que otra cosa, donde a veces, antes de llegar, el paso a nivel nos cerraba el paso. Y el tren pasaba, para llegar o para irse. Y yo esperando que se completara el tiempo de parada, a pie de puerta, fuera huele a estación, dentro a autobús, vámonos que quiero llegar ya.


miércoles, 21 de julio de 2021

líneas

Trazaría líneas infinitas, muchas, algunas pararían aquí y allá, las seguiría como se siguen migas para alcanzar puntos. En esos puntos encontraría a gente conocida, hablaría con ellos, o simplemente los abrazaría si faltan las palabras, si a mi me salen y a ellos no les vienen, si es que llevan tanto tiempo sin hablar, puede que sea normal, puede que no me reconozcan, puede que yo tampoco a ellos. Una de esas líneas me llevaría al Bar Hungaria, Vitoria, allí me encontraría con el tío Antonio, que tanto nos acompañó en la infancia, no sé cuantificarlo, pero si cualificarlo. Pelo escaso y blanco, dibujante, diferente. Allí mi padre pediría por mí, una empanadilla, crujiente, recién hecha, con esas burbujas que formaron colinas, con eso que se queda en los dedos y que las servilletas satinadas no limpian, con eso que se queda en el sabor, hasta en la memoria, atún, tomate y huevo, sublime. Anoche mi mujer las hizo, rozando la excelencia, y yo me paseé en volandas por el interior de ese bar, me subí, me aupó mi padre a la silla metálica alta, y esperé a que viniera el plato, rozando la eternidad.

martes, 20 de julio de 2021

churchill

Cuando Roosevelt le preguntó a Churchill que cómo se podría denominar esa guerra, éste respondió, “la guerra innecesaria”. En explicar todo eso y mucho más se detiene el dirigente inglés en el primer volumen dedicado a la contienda. Crítico con los gobernantes de su país y de Francia, sobre ellos recae la dejadez, la imprevisión y la falta de valentía para haber hecho frente años antes a la amenaza alemana, todo acompañado por la absurda esperanza en que no pasaría nada.

Brillante el volumen, y espeluznante.

La segunda guerra mundial. De guerra a guerra. Sir Winston Churchill. 1948

sábado, 17 de julio de 2021

playa.2

El viento que mueve las hojas de un libro, los móviles no se mueven, y no se dejan guardados, acompañan soledad o no, se ve, se conversa en la distancia, para hacerles ver que se está bien, que la nave va. Siento frío por un instante, y recuerdo que yo siempre enfermaba en la playa, antes, otra forma de sentirme querido, arropado, ¿podrá la mente hacer tanto? La misma que me pregunta si hay gente capaz de extraviarse en la playa, si sale del agua y no encuentra su sitio, sombrilla y toalla, si al sacar la cabeza no ve la orilla, ni casas ni referencias, si no piensa por un momento que quizás sea hora de recomenzar. Y no sé responder. Entorno los ojos, vencidos, la voluntad difusa, y puedo hasta cabecear entre idiomas irreconocibles que hablan con botella o vaso en mano, alcohol y arena. No siento sed, ni casi calor, mi cuerpo va a contracorriente. Brisa inagotable que me llega, oigo música. Dicen que el agua está muy buena, siempre se dijo. No podían faltar palas ni pelotas de chillones colores. No podía faltar un avión, el que veo al abrir los ojos, dejando su estela, gases letales y preciosos vistos desde aquí, pinturas blancas sobre fondo azul.

playa.1

Y os puedo hablar del mar que veo al llegar la luz, es de día, del que se llena de gente, de cuerpos jóvenes y viejos, de esbeltez y de lo contrario, cremas y bronceadores, de telas que se tocan con los dedos, para cubrir o descubrir. De vidas que ya se han dicho todo y que aún así siguen uniendo sus manos, buscándose. Todo entre el rumor, el ruido agradable, amortiguado por las voces humanas, por las nuestras, que viven o que quieren vivir a orillas del mar que vemos lejano, inalcanzable, el que no nos atrevemos a cruzar, tan distante el final, tan incierto el camino. Siguen los gestos, las repeticiones, seguir, caminar apartando la ola o buscándola, que me arrulle, que me acoja.

noche

Hablo del mar que no veo, noche oscura, sólo rumor, del agua y del viento, sólo líneas blancas, que desaparecen y dejan un brillo en la arena, un contorno irregular, que ausente la luna, refleja alguna luz lejana. Lo demás es ausencia de todo.

azar

Comienzo de road movie. Después aparece el azar, imprevisible, el que todo lo puede cambiar. Narración que atrapa, esperando el desenlace.

La música del azar. Paul Auster. 1990

domingo, 11 de julio de 2021

karamazov

Lectura de largo vuelo, páginas y páginas de exuberancia, locura, de personajes exaltados que parecen entrar y salir de escena por esas puertas falsas, teatrales, para declamar su parte, para exprimir su conciencia. Entre los celos, la pasión, la avaricia y el egoísmo aparecen dos personajes que son de otro mundo, alejado del ruido, el ermitaño y su discípulo Aliosha, un Karamazov diferente, sensato en su juventud. Y lo demás es transcurrir, narrar sin que yo intuya hacia dónde vamos, hasta que aparece el hecho que lo cambia todo, el que da pie a una narración judicial extraordinaria. Y acabamos con dolor, con pena, también con alegría. Cabe de todo aquí.

“Vivía, lo veía todo, y no censuraba nada”


Los hermanos Karamazov. Fiodor Dostoyevski. 1880.

viernes, 9 de julio de 2021

ida.8


Lerma tras un par de curvas, antes se atravesaba con paradas en semáforos. Gente y restaurantes. Cuatro torres en punta, palacio. Seguro que ofrecen cordero. Empinada cuesta para llegar a esa plaza llena de coches. Y un bar donde mas de una vez y mas de dos paramos. Coca cola en vaso de cristal largo con hielo y limón. Después un campo de fútbol. Recuerdos de feria agrícola. Queda mucho o poco, según se mire. Luces de frente y en retrovisores. Y caminos entre verdes que nunca correré. No lloraré, hoy es 2017. Curvas que cambian la perspectiva de un pueblo que baña el río. A la salida bares de carretera, e hileras de árboles despoblados. ¿Y si no viera en la oscuridad? A ciegas diría que llegamos a Burgos. Esos molinos están iluminados. Veo las aspas, blancas, dan vueltas. Pero no oigo el zumbido, atronador. Imagino hélices de agua, trasplantadas a tierra. El espectáculo es vibrante. Pareciera que los electrones recorrieran una espina que atraviesa la tierra. El labrador, restaurante, ahí estuvo el Azor. Veo serpientes en forma de coches de luces rojas, algo que seguir. Recibe el Cid. Antes el club las Malvinas y el Alfoz. Sigue Carlos y su guitarra, y la torre de Landa. Se atisba la Catedral. Bruno llega a casa, a su Cartuja. La agenda de notas no tiene luz. Ni el bolígrafo. Hora de parar y pensar.