Nada se va de repente, tampoco la nieve que nada puede al llegar la lluvia. Empiezo con mayúsculas tras bruma y niebla para no esperar nada, para ver campos, que ahora son verdes, y para ver a cuerpos bailar mientras suena “silly games”, unos abrazados, otros solos. Es música atemporal ante la que no se puede ser neutral, ante la que hay que sostener la mirada, melodía que no se irá nunca.
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Hace 5 semanas
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