Se desconoce
la fecha de exacta de su nacimiento, quizás en el siglo IV antes de la era
cristiana, allá por Córdoba. Nos llega su obra. Este libro se publicó allá por
1988. Debería ser un superventas, no lo es. Nunca lo será. Quizás sus afirmaciones
demoledoras asustan, sus verdades como puños, vividas y maduradas hace tantos
siglos nos agobien. Porque hablar del tiempo, de su paso, inexorable, incomoda.
Porque hablar de buscar una buena vida también asusta aunque sea lo que todos
buscamos. Sólo que la receta exige lectura, reflexión y olvido de muchas de
esas cosas que nos esclavizan, aunque no lo asumamos, aunque pensemos que somos
libres por el hecho de decir que lo somos. Lo empecé a leer, lo marqué, lo
subrayé en azul, lo dejé en la estantería. Lo recupero, no lo marco, lo acabo y
vuelve a su sitio, libre para quien quiera tomarlo.
“Nuestra vida
se extiende mucho para quién sabe administrarla bien”
Invitación a
la serenidad. Lecciones para el hombre ocupado. Séneca. 1988
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