Me
asusta el tamaño, las casi 700 páginas. Pero la lectura del prólogo, titulado
Oración, me confirma que debo seguir. Acertado, emocionante. Todo empieza con
una cita de Mazzini (no existe la muerte, sino sólo el olvido). Y continúa con
las semblanzas de músicos, escritores y artistas. Los lugares y las personas
que los habitaron. La evocación de Tolstoi es fantástica. Prosa que se hace
poema, recordando amores. Rilke define los versos en la página 232 y sigo
avanzando buscando la belleza en la forma, evocando otras épocas. Quizás el
calificativo mejor, una vez terminado el libro, sea el de bello.
Libro
de réquiems. Mauricio Wisenthal. 2004
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