Dibujo en el colegio en pequeñito, soy también pequeño. Luego copio esas láminas de guerreros en acción o de soldados en traje de campaña, luego en casa dibujo los rostros del cine o de la televisión, son rostros hermosos, el canon lo pongo yo. Después nada o casi nada. Después dibujo con mis hijos en pórticos de iglesia o en sus bancos, en casi penumbra, santos e imágenes, también sobre las praderas, unas flores o una montaña, o esa vaca. Después me lanzo a la locura y la espiral me lleva a acabar cuadernos y cuadernos y a gastar tinta y bolis, y descubro técnicas desconocidas y superficies nuevas, y queriendo dibujarlo todo me conformo con una parte, mínima. Y esos momentos llegan a ser hasta mágicos, hasta sanadores en algún momento, hasta gratificantes, momentos que me sacan de este mundo.
Macarrones con salsa de pistacho
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Cocer la pasta durante 10 minutos y mientras tanto preparar la salsa de la
siguiente manera: Pochar un calabacín mediano cortado en trozos con piel.
Pelar ...
Hace 6 meses
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