lunes, 22 de julio de 2024

persona

Veo a una persona expectante, con las manos a la espalda, pareciera que está en la entrada de una cueva, esperando a la bestia. Me pregunto qué hará cuando la vea.

Nunca falta, tardará pero llega, el calor inexorable, hasta inefable, hasta molesto, es el momento de buscar cobijo de otra forma.


Y el temblor es libro o es real, entre rayos y truenos, entre sillas, entre palabras, un poco de diluvio.


Veo a otra persona que sentada en un banco no sabe dónde ir. Creo que alguien le dijo la verdad, de ahí el disgusto que refleja su cara. Me gustaría acercarme y no lo haré.

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